Los datos de coyuntura de la mayor economía de América Latina son esperanzadores. La reactivación está cobrando vigor. El producto aumenta más y la inflación baja más que lo proyectado. A fines del pasado mes de setiembre, el aumento del nivel de precios bajaba a 6,35%, por primera vez en 15 meses. El Banco Central brasileño en ese mismo mes estimaba la inflación para fines del 2017 en solo 3,2% anual. Por su lado, el Banco Mundial, en octubre del 2017, pronosticaba que Brasil tendría una inflación del 3,7% para fin de año y en 2018, 4%. Su economía crecería este año en 0,7% y en 2018 lo haría con 1,5%. Estos son los mejores datos de crecimiento del producto y del nivel de precios luego de su gran recesión. El desempleo permanecía a comienzos del 2017 en 13,1%, pero para 2018 se lo pronosticaba en 11,8%. Estas últimas cifras están en las Perspectivas de la economía mundial: En busca del crecimiento sostenible, recuperación a corto plazo, desafíos a largo plazo, del Banco Mundial (BM).
REGLA FISCAL Y REDUCCIÓN DE TASA DE INTERÉS. En su Diálogo a fondo, blog del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre temas económicos de América Latina, en la pestaña Disciplina fiscal y tasas de interés reales en Brasil, de Nina Biljanovska, puede leerse que las tasas de interés reales del mercado en Brasil han estado, desde hace mucho tiempo, entre las más altas de las economías de mercados emergentes, lo que limitó su crecimiento. Pero existen posibilidades de reducirlas próximamente. Citándola textualmente:
“En diciembre del 2016, Brasil adoptó una nueva regla fiscal que limita el crecimiento del gasto federal, no destinado al pago de intereses, a la tasa de inflación al consumidor”. Los mercados recibieron positivamente este tope de gasto y se espera que ayude a reducir el déficit público… “y que respalde el crecimiento económico. Otro posible beneficio de esta regla es que puede contribuir a reducir las tasas de interés reales”.
REFORMA LABORAL REDUCE DESEMPLEO. Aprobada en Brasil el pasado 11 de julio, la reforma, que entre otros puntos aporta flexibilidad para contratar y desvincular trabajadores, estimuló el debate por el impacto que tendría en las decisiones de las empresas a la hora de hacer negocios. Ella no tiene precedentes en su historia ni en la de la región porque modifica y flexibiliza estructuralmente las leyes del trabajo, consolidándolas, en parte a costas de derechos adquiridos de los trabajadores. A mediados del 2017, la tasa de desempleo ascendía a 12,5% afectando a unas 13 millones de personas. En términos absolutos nunca Brasil había tenido tanta gente desocupada. Afortunadamente, este número de gente sin trabajo está bajando significativamente en el último trimestre del 2017. La mentada flexibilización laboral, contratando y despidiendo trabajadores, preocupa en los países de la región tanto a empleadores como a empleados.
VIOLENCIA SOCIAL Y AMBIENTAL. Las protestas callejeras contra la corrupción, el costo de los servicios públicos y la injusticia social han llegado a niveles inusitados en Brasil de los últimos años y meses. Parte de ellas se volvieron violentas. A eso hay que sumar la inseguridad política por las múltiples denuncias de corrupción ante el Poder Judicial y la Fiscalía de Delitos Económicos, las que terminaron con la carrera de varios políticos encumbrados.
Por otro lado, la violencia de los depredadores del equilibrio ambiental ha cobrado múltiples víctimas. En el 2016 nunca tantas personas fueron asesinadas a nivel mundial por defender el medioambiente. El lamentable liderazgo de la clasificación que monitorea este tipo de violencia, lo tiene, una vez más, Brasil: allí se produjeron 49 muertes tan solo el año pasado, según hizo público la organización Global Witness el pasado 17 de julio. “No fue una sorpresa. Brasil es el país más peligroso del mundo para quien lucha por los derechos relacionados con la tierra y la protección al medioambiente”, afirma Billy Kate, de la organización inglesa. Global Witness contabilizó el año pasado 200 asesinatos de ambientalistas en todo el mundo.
UH