Brasilia.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, regresó a la sede del Gobierno luego de tres semanas de ausencia en las que estuvo en cuarentena por haber contraído coronavirus y en medio de la crisis generada por su gestión de la pandemia, por la que ayer fue denunciado ante la Corte Penal Internacional (CPI).
Además, un documento difundido ayer y firmado por 152 de los casi 500 obispos católicos que tiene Brasil criticó la «incapacidad» y la «ceguera» de Bolsonaro, a quien acusó de promover «una economía que mata» en medio de una pandemia «sin precedentes».
«Vuelvo a trabajar hoy, hay muchos problemas que resolver, problemas que otros dejaron» como herencia, declaró Bolsonaro, con barbijo blanco, ante un grupo de simpatizantes que lo aguardaba frente al Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial en la zona este de Brasilia.
Tras la charla con sus adherentes, el mandatario siguió camino hacia el Palacio del Planalto, sede del Gobierno, donde mantuvo reuniones con los ministros de Economía, Paulo Guedes, y de Defensa, Fernando Azevedo.
En las redes sociales, Bolsonaro -que dio positivo en al test de coronvirus al que fue sometido el 6 de julio-, dijo: «Ya estoy inmunizado pero evito los contactos».
El jefe del Estado, de 65 años, anunció el sábado que su cuarto examen dio negativo, tras lo cual visitó comercios en Brasilia donde fue saludado por el público, informó Télam.
Brasil es el segundo país más afectado por la pandemia, con 2.442.375 de casos confirados (23.284 en las últimas 24 horas) y 87.618 muertes por la enfermedad (614 nuevas), informó esta noche el Ministerio de Salud.
En ese contexto, una organización sindical denunció a Bolsonaro ante la CPI, con sede en La Haya, debido a su política frente al coronavirus, informó la agencia de noticias ANSA.
«La omisión del gobierno caracteriza un crimen contra la humanidad y genocidio, es urgente la apertura de un procedimiento investigativo ante la CPI para evitar que una parte de los 210 millones (de brasileños) sufra las consecuencias de los actos irresponsables del señor presidente», alegó la acusación.
Bolsonaro demostró «menosprecio y negacionismo» ante el coronavirus dando lugar a la «diseminación» de la enfermedad junto al «total estrangulamiento de los servicios de salud», plantea el documento.
La denuncia fue interpuesta por la Red Sindical UniSaúde, que representa a cerca de un millón de médicos, enfermeros y trabajadores de la salud de 18 estados del país y Brasilia, y cuenta con el apoyo de entidades internacionales como UNI Américas.
Por otra parte, el manifiesto firmado por los obispos, obtenido y publicado hoy por algunos diarios locales, no fue comentado por el Episcopado y se atribuye a la llamada «ala progresista» de la Iglesia católica, que mantiene desde hace más de un año una línea crítica con el actual Gobierno.
Bajo el título «Carta al Pueblo de Dios», el texto afirma que «Brasil atraviesa uno de los períodos más difíciles de su historia», y lo equipara a una «tempestad perfecta», en la que conviven «una crisis de salud sin precedentes», por la pandemia y «un avasallador colapso de la economía».
«Asistimos, sistemáticamente, a discursos contra la ciencia, que intentan naturalizar o normalizar el flagelo de los miles de muertos por la covid-19, tratándolo como fruto de la casualidad o de castigo divino», señaló el documento.