Ayer en conferencia de prensa, el Banco Central del Paraguay (BCP) presentó su revisión de expectativas de crecimiento económico (PIB en términos reales). Así, la banca matriz redujo de manera drástica su expectativa de crecimiento económico para nuestro país de 1,5% (revisión anterior) a 0,2%. Como ya se venía dando, el sector terciario sigue siendo el único con una variación por encima del cero, cuanto menos en la proyección, con 3,3%. Para los sectores primario y secundario, el BCP proyecta una disminución del -4,7% y -2,4% respectivamente.
Desglosando, dentro del sector primario el rubro más afectado sería el de la agricultura con una merma del -6,2% con respecto al año pasado. Por otra parte, dentro del sector secundario, el rubro más afectado sería el de agua y electricidad con -8%.
Esto último estaría explicado por un menor caudal hídrico que tuvo el Río Paraná en este año, lo que tuvo como consecuencia una menor producción de electricidad. Según indica el informe, esta disminución en la perspectiva de crecimiento, se da debido a los factores climáticos adversos, los cuales incidieron de manera negativa y persistente a sectores claves de la economía como los de agricultura, ganadería, binacionales y construcción. Por otro lado, se destaca un escenario externo en que las tensiones comerciales han acentuado la incertidumbre global.
EFECTO DERRAME
Durante la presentación del documento, Miguel Mora, economista jefe de la banca matriz hizo referencia al “efecto derrame” que ha tenido en la economía el mal año del sector agropecuario, situación en la cual destacan los problemas que tuvo la soja. Los climas poco favorables en la primera parte de año hicieron que el sector agropecuario no se pudiese desarrollar normalmente y esto habría tenido repercusiones en los demás sectores.
Ejemplificó diciendo que como una parte de la soja procesada, la menor producción de soja tuvo como consecuencia directa una menor cantidad de materia prima para el sector manufacturero que proceso este grano en nuestro país. “Hay un efecto derrame de la agricultura en varios sectores y entre ellos el manufacturero, recordemos que de toda la producción de soja más o menos un 40% son procesadas.
Dada la campaña agrícola que se está iniciando, que el en principio el MAG da cuenta de un incremento del 22% ahí tenemos ya un volumen mayor para el procesamiento. Por otro lado los precios de commodities, especialmente de soja hemos visto que en los últimos datos dan cuenta de un aumento del precio”, expresó. Apuntó que a principio de año la soja de cotizaba más o menos en US$ 300 y actualmente se ven precios de US$ 350 o más por tonelada.
“Esto es muy importante por lo que mencionaba y porque el flujo de ingreso de divisas que vamos a tener por esto, ese aumento de ingreso para la agricultura también va a tener un efecto derrame en otros gastos que se realicen, tanto de inversión como de consumo”. Indicó que con respecto a la carne también hay mejorías ya que se está registrando una mayor faenamiento y esto es importante dentro el sector industrial ya que “estaría apuntalando” la recuperación en general.
“La mayor parte de las consultoras están esperando para el 2020. Las tasas van hasta el 4% que si es un buen año hasta podría ser un poco mayor, principalmente si tenemos en cuenta que tanto agricultura como binacionales han tenido una variación positiva y se espera una recuperación hacia niveles normales”. Esta situación, viene a dar cuenta y ejemplifica de manera clara lo dependiente que sigue siendo nuestra economía del sector de la soja, y en menor medida de la carne.
La situación climática negativa que perjudicó al sector primario creó todo un revuelo llegando incluso a generar una merma en el sector de servicios. Si bien es cierto que esta coyuntura se combinó con otros factores como crispaciones políticas a nivel externo e interno, cabe destacar que con una mayor diversificación de la producción de bienes y servicios en nuestro país habría una mayor resistencia para la economía de factores no previsibles o inevitables.
EFECTO REBOTE
En los últimos meses se ha tenido un mejoramiento en la producción de electricidad en las binacionales, y las recientes lluvias de las últimas semanas han hecho que la siembra de soja se desarrolle de manera normal. Además, se perfila un buen faneamiento en el sector pecuario. Estas situaciones dan pie a pensar que el año que viene podría ser un buen año o al menos un año mejor que este. 5DIAS