Los dispositivos tecnológicos suelen ser útiles para ayudar a los pequeños a expresarse y aprender destrezas sociales, sin embargo podrían estar generando problemas en el neurodesarrollo y lenguaje que se conocen como “autismo digital”, un término que está tomando mayor relevancia en la actualidad.
La psicóloga Laura Cáceres explica que el autismo digital es un trastorno del neurodesarrollo. “Comparte síntomas comunes con los trastornos del espectro autista (TEA) y está relacionado con el abuso del tiempo de pantalla como ordenadores, tablets, televisión o teléfonos móviles, en los niños. Principalmente se da en recién nacidos hasta los 4 años de edad”, dijo en conversación con el diario La Nación/NacionMedia.
La privación sensitiva-motora y social-emocional junto a estímulos visuales y auditivos violentos generan un daño al cerebro en desarrollo, que al estar unido a una predisposición genética produce una estructura neurocognitiva propia del autismo. De hecho, las investigaciones revelan que el exceso de pantalla provoca una alteración en las formaciones de las conexiones neuronales, presentando a niños con signos y síntomas clínicos típicos de aquellos con TEA.
“Es común que el niño con autismo digital enfrente dificultades en la comunicación, el aprendizaje, la adaptación al cambio, la planificación, el control de impulsos, las emociones intensas y la sobrecarga sensorial. También podría hacer que tengan menos posibilidades de socializar, de involucrarse en juegos creativos y de llevar a cabo actividades fundamentales para la salud como hacer ejercicio y dormir”, señala la profesional.
¿Qué hacer ante el autismo digital?
Cáceres indica que lo primordial es limitar o suspender el acceso a los dispositivos digitales. Además, aconseja fomentar más los juegos al aire libre, aquellos de exploración, grupales, de mesa, entre otros. Así también realizar una intervención psicopedagógica a fin de estimular principalmente el área motora.
También recomienda a los padres o adultos responsables a seguir ciertas pautas para una mejor relación con la tecnología. “Hacer que el uso de los dispositivos digitales sea una experiencia compartida en vez de algo que los niños hagan solos, crear horarios y espacios para dar lugar a oportunidades de diálogo y juegos sin distracción. Limitar el entretenimiento con dispositivos digitales para que los niños tengan tiempo de jugar, estar al aire libre y dormir bien”, puntualiza.
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