“Agro, industria y construcción serán claves para el crecimiento en el 2025”

De 3,5% a 4% podría crecer el PIB el año venidero, impulsado por buenas cosechas si el clima acompaña; y con sectores emergentes destacados, como el forestal, carne porcina y metalurgia, según el economista.

Darío Lugo
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La previsión para el 2025 es que el crecimiento del PIB se sitúe entre 3,5% y 4%, con una siembra ya completada y perspectivas de cosecha exitosa, si las lluvias de enero acompañan el proceso. La industria, por su parte, crecerá impulsada por las maquilas y la construcción seguirá creciendo en Asunción y alrededores, atrayendo capital extranjero que busca activos de refugio. Así lo proyecta Jorge Garicoche, gerente del Área de Economía de Mentu. El experto habla con ÚH sobre cada segmento, sus aristas y desafíos, en el inicio de una serie de entrevistas a referentes económicos en torno al balance de este periodo y las perspectivas del año venidero.

–¿Qué balance general hay en la actividad económica?

–Viene teniendo un buen desempeño; la proyección de un crecimiento en torno al 4% con relación al año anterior se estaría cumpliendo. El Indicador Mensual de Actividad Económica avala esta afirmación, ya que presenta una variación interanual de 4,3%. Por su parte, las ventas muestran un buen ritmo y por fin lograron superar a los niveles prepandemia. El nivel de la inflación se posicionó en torno a la meta. Pero los precios de ciertos segmentos, como el de alimentos, presentaron mucha volatilidad, con fuerte incremento en productos puntuales. El gran desafío de la economía sigue siendo la generación de empleos de calidad y formales; el último reporte del INE habla de que al tercer trimestre se generaron 6.483 empleos más que el año pasado, número que aún es insuficiente para los 500.000 empleos que tiene como objetivo el Gobierno.

–¿Qué sectores contribuyeron más al PIB?

–Manufactura, comercio e intermediación financiera. En el caso del primero, la instalación de empresas maquiladoras y la inversión de empresas, principalmente con capital de origen nacional, bajo los incentivos de la Ley 60/90, impulsaron el crecimiento del sector y aportaron a la resiliencia de la economía paraguaya. Vale la pena destacar también la expansión que tuvo el crédito: Este año el crecimiento de desembolsos del sistema financiero fue de 17%. La competencia entre entes financieros ha llevado a tener tasas más bajas que periodos anteriores.

–¿Qué segmentos emergentes cobran importancia actualmente?

–El sector forestal viene expandiéndose: El área de plantaciones ya supera las 200.000 hectáreas y se prevé un importante crecimiento. Especialistas del ámbito mencionan que el rinde obtenido en Paraguay es mayor a Uruguay y las zonas de Mato Grosso, Brasil. La inversión realizada en los primeros movimientos de la construcción de la planta de celulosa en Concepción empezó a generar beneficios con la contratación de personal local y los productores se comienzan a vincular a la cadena. La industria emerge con sectores que presentan una dinámica de crecimiento importante, como la industrialización de la carne porcina, que ha logrado insertarse como un producto de exportación. Así también, la producción metalúrgica, balanceados, textiles, farmacéuticos comienzan a cobrar un mayor protagonismo en la estructura económica nacional. Las inversiones como la de hidrógeno verde y biocombustibles parecen marcar al Paraguay como un centro de atracción en proyectos verdes.

–¿Cómo afectaron los factores exógenos a la economía local?

–Paraguay es uno de los países con mayor grado de apertura comercial en la región, solo superado por Chile. Esto tiene grandes ventajas, pero también nos hace más expuestos a lo que sucede en la economía global. Los conflictos bélicos y las tensiones han impactado en los costos logísticos globales y esto ha hecho que algunos productos ajusten sus precios, ya sea porque vienen de afuera o sus insumos vienen del extranjero. No todos los productos pueden realizar ajustes, por lo que muchas firmas se encuentran ante del desafío de sacrificar márgenes. El menor precio de la soja (24% menos que el año pasado) y mayor precio en lo que compramos de afuera, termina impactando en nuestro mercado de divisas, empujando al alza la cotización del tipo de cambio y depreciación de la moneda a niveles que no teníamos desde hace mucho tiempo.

–¿Qué factores impiden crecer sostenidamente?

–La infraestructura es un factor clave para la competitividad, pero no lo único. La seguridad jurídica es un elemento en el cual debemos seguir mejorando: Es difícil atraer grandes capitales si la aplicación de las reglas no rige de la misma manera a todos los actores. Formalizar la economía también es un desafío importante para la atracción de inversiones; nadie quiere poner plata en un mercado que compite de manera desleal.

–En reformas, ¿cuáles son las más urgentes?

–Instalar un ente regulador como la Superintendencia de Jubilaciones era urgente, muchos sectores se volcaron a apoyar esto y un año después no tenemos aún la reglamentación ni la oficina en marcha. Esto nos tiene que hacer reflexionar sobre la continuidad de los procesos, todo es perfectible, pero también se requiere pragmatismo en las cuestiones urgentes. Cambios en la normativa del servicio civil, las jubilaciones, en el registro de propiedades y empresas (con énfasis en la formalización) son importantes y tenemos que avanzar con esto. Pero es urgente una reforma en materia educativa, debemos instalar esto, tiene que ser un tema central en la agenda pública.

–¿Qué previsiones generales se contemplan para la actividad económica?

–Paraguay va a seguir creciendo; se prevé que el 2025 sea un buen año. La siembra se ha completado con éxito y se espera que la cosecha, si las lluvias de enero acompañan, sean exitosas. La industria crecerá impulsada por las maquilas. El sector de construcción seguirá creciendo, en Asunción y alrededores, atrayendo capital extranjero que busca activos de refugio. El comercio, por su parte poseerá un buen movimiento como consecuencia de que a los demás sectores les vaya bien. La perspectiva de crecimiento se encuentra entre 3,5% y 4% en 2025.

–¿Cómo lograr mayor flujo de Inversión Extranjera Directa y en qué sectores?

–Para lograr mayor inversión extranjera necesitamos seguir realizando inversiones públicas. Aquí el desafío es que estas sean coordinadas, pues donde llevemos rutas debemos llevar energía y acompañar con infraestructura y servicio social (hospitales, escuelas, comisarias, etc.). Estamos mirando la Ruta Bioceánica como gran punto de atracción de inversiones; el Estado viene realizando grandes inversiones viales en el territorio y gran parte del Chaco. Sin embargo, muchas firmas y potenciales inversionistas se muestran preocupados por la disponibilidad de energía en la zona. Así como ya se mencionó, la seguridad jurídica es clave a la hora de tomar decisiones. Las reglas de juego deben ser claras, esto no solo tiene que ver con lo que dice una normativa en el papel, sino en cómo se aplican y se resuelven las cosas.

El sector forestal, industrialización de carne porcina, producción metalúrgica y balanceados son emergentes con potencial.

La infraestructura es factor clave para la competitividad, y la seguridad jurídica debe mejorar para atraer capitales.

La perspectiva de crecimiento para 2025 se encuentra entre 3,5% y 4%, con perspectivas de buena cosecha y énfasis en la construcción.