El papa Francisco, un hombre “cansado” pero aún “al timón”, celebra este domingo sus 87 años tras un 2023 ajetreado que lo vio “acelerar” el ritmo, pese a su salud declinante y el aumento de las críticas en su contra.
Un sínodo, cinco viajes, 10 años de pontificado: en 12 meses, el jesuita argentino, que se desplaza ahora en silla de ruedas, no ha aflojado su ritmo frenético pese a varios sustos de salud, como una infección respiratoria en marzo y una operación abdominal en junio.
En los pasillos del Vaticano, muchos describen un clima de “fin de reino”.
“Su salud declina, es un hombre cansado”, pero “tiene la cabeza intacta. Está como nunca antes al timón”, declaró a la AFP una fuente del Vaticano en condición de anonimato.
Aunque él mismo admite que viajar resulta “más difícil”, el Papa continúa recorriendo el planeta con temas representativos de su pontificado: las migraciones en Marsella, las “periferias” en Mongolia y los estragos de la guerra en República Democrática del Congo.
Pero sobre todo, 2023 será recordado como el primer año sin la sombra de su antecesor Benedicto XVI, cuya muerte el 31 de diciembre de 2022 puso fin a casi una década de cohabiticacion.
“Francisco está liberado de la sombra de Benedicto XVI, y al mismo tiempo aislado ante sus enemigos porque de cierta forma Benedicto XVI lo protegía”, señaló a la AFP Michel Kubler, sacerdote en Roma y otrora redactor en jefe religioso del diario francés La Croix.
Espiral de endurecimiento
Tanto dentro como fuera del Vaticano, las críticas aumentan desde su elección, como lo prueban los numerosos pronunciamientos contra su gestión, en especial de ultraconservadores estadounidenses.
“Los que no quieren a Francisco se contienen cada vez menos. Estamos en una espiral de endurecimiento de las relaciones entre Francisco y cierta oposición católica”, constató Kubler.
“Los ataques son más virulentos y a 360º. También hay un cansancio general”, señaló una fuente del Vaticano, haciendo hincapié en la personalidad “polarizante” de Francisco.
Los temas más criticados son la gestión del papa, considerada demasiado personal, y las dificultades para completar su reforma de la Curia, el gobierno central de la Iglesia, para la cual fue electo.
Como respuesta, Francisco ha actuado con firmeza, eliminando los privilegios, el salario y el alojamiento oficial de uno de sus adversarios más famosos, el cardenal estadounidense Raymond Burke.
El año 2023 también estuvo marcado por novedades en la lucha contra la violencia sexual en la Iglesia, así como la inculpación de un sacerdote jesuita esloveno acusado de violencia sexual y psicológica contra mujeres. También tuvo lugar la renuncia del miembro más influyente de la comisión del Vaticano contra la pedocriminalidad.
Lucha diplomática
En el frente diplomático, el jesuita argentino parece impotente ante la guerra en Ucrania, pese a sus llamados semanales a deponer las armas y a un intento de mediación del cardenal italiano Matteo Zuppi, enviado a Washington, Kiev, Moscú y Pekín.
Ese intento “permitió tomar contacto pero no dio resultados tangibles”, dijo una fuente diplomática.
“La diplomacia de la Santa Sede tiene algunas dificultades, a veces afectada por iniciativas o pronunciamientos papales mal preparados”, que limitan su capacidad de tener un papel mediador, agregó.
El nuevo llamado sobre el medioambiente no tuvo el eco de su encíclica Laudato Si’ de 2015, y debió desistir de ir a Dubái por motivos de salud.
El año 2024 estará marcado sobre todo por la segunda etapa del Sínodo sobre el futuro de la Iglesia, que puso en el tapete temas como el diaconado femenino.
Mientras tanto, el papa, quien recientemente reveló haber escogido a Roma como su lugar de inhumación, dijo querer seguir viajando, con posibles desplazamientos a Bélgica y Argentina.
“Mucho dependerá de su estado de salud y de su capacidad de mantener el rumbo pese a las hostilidades”, resumió la misma fuente vaticana.
Fuente: AFP