¿Vas a comprar una casa? Presta atención a estas señales de alerta antes de hacer una oferta.
La temporada primaveral de compra de viviendas está en pleno apogeo y, si las previsiones no fallan, va a ser muy ajetreada. A pesar de que las tasas hipotecarias se acercan al 7%, se prevé que las ventas de viviendas existentes aumenten un 13.5% este año, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (NAR). Una vez más, se espera que la demanda supere a la oferta, lo que implica posibles guerras de ofertas. También significa que los compradores desesperados pueden hacer concesiones, como saltarse la inspección de la vivienda para lograr comprarla. Esto podría resultar ser una decisión lamentable si la casa termina siendo un pozo sin fondo al que va a parar el dinero.
“Hay un porcentaje significativo de acuerdos sin inspecciones de viviendas debido a la escasez de viviendas y las guerras de ofertas”, afirma Mark Goodman, presidente de la Sociedad Americana de Inspectores de Viviendas del 2024. “En ese caso, lo más importante es hacer las averiguaciones necesarias”
La inspección de la vivienda no suele ser obligatoria para obtener una hipoteca, pero es aconsejable que se inspeccione a fondo al menos una vez. Lo que menos quieres es tener que gastar miles de dólares para arreglar los cimientos agrietados o un tejado deteriorado poco después de recibir las llaves de tu nueva casa. Contratar a un inspector de viviendas profesional puede ser una buena inversión: una inspección puede costar entre $300 y $415, pero incluso si no lo haces, hay medidas que puedes tomar tú mismo para disminuir el riesgo de comprar un pozo sin fondo y todo empieza por ser inquisitivo.
“Hay leyes de divulgación de la propiedad en todos los estados”, dice Charles Furlough, presidente y director ejecutivo de Pillar To Post, una empresa nacional de inspección de viviendas. “La ley dice que los vendedores deben decirte las cosas que saben que tienen problemas”.
Algunos serán más comunicativos que otros, así que haz muchas preguntas. Los vendedores y sus agentes están obligados a revelar cualquier problema importante. Tu agente inmobiliario debe ser capaz de proporcionar información sobre el barrio y la historia de la casa. Si bien hacer preguntas y llevar a cabo tu propia inspección visual de ninguna manera sustituye una inspección profesional de la casa, hay señales que podrían alertarte de posibles problemas, incluidas estas cinco.
1. Techo deteriorado
La vida útil promedio de un techo es de 20 a 30 años, pero incluso las casas más nuevas pueden tener problemas de techo que pueden requerir reemplazo o reparaciones. Ninguna de las dos opciones es barata. En promedio, un techo nuevo costaba $9,353 en el 2023, pero dependiendo del tamaño los precios oscilaban entre $5,852 y $13,032, según HomeAdvisors, el mercado digital que conecta a propietarios de viviendas con profesionales de servicios locales. Las reparaciones pueden oscilar entre $150 y $7,500.
Puede que no quieras o no puedas subirte a una escalera e inspeccionar el techo de cerca, pero puedes verificar si faltan tejas o si hay canaletas obstruidas o rotas en el exterior. Los binoculares pueden ayudar. En el interior, verifica si hay techos caídos o manchas de agua.
“En las partes del techo que se ven, ¿qué aspecto tiene?”, pregunta Furlough. “¿Se ha oscurecido? ¿Ves que las tejas se enroscan en los bordes? ¿Cuál es el estado general?”. Si algo no parece estar bien, puede que merezca la pena que lo revise una empresa de techos autorizada. Puede que no acabe con el acuerdo, pero al menos sabrás lo que costará reparar o reemplazar el techo.
2. Cimientos defectuosos
Según HomeAdvisors, los problemas de cimientos que no se solucionan pueden ser muy costosos: desde $500 para reparar grietas leves hasta $10,000 o más si se trata de problemas graves que requieren maquinaria pesada. El promedio nacional de reparaciones de cimientos ronda los $5,000. Sin un inspector de viviendas profesional, no sabrás el alcance total del problema, pero hay señales a las que puedes prestar atención para detectar posibles problemas de cimientos. Entre ellas las siguientes:
- Huecos entre ventanas y paredes exteriores
- Chimenea agrietada o inclinada
- Suelos o techos deformados
- Fisuras en las paredes o el suelo
- Mostradores o armarios despegados de las paredes
“Párate delante de la casa: ¿se ve todo bien? ¿Hay algo mal instalado o las cosas no parecen niveladas o están disparejas? Si no se ve bien, generalmente no está bien”, dice Goodman.
3. Rastros de termitas
Las termitas se alimentan de la madera y causan daños materiales valorados en más de $5,000 millones al año, según la Asociación Nacional de Control de Plagas (NPMA). Si tienes termitas y no haces nada al respecto, pueden arruinar tus subsuelos, corroer tu techo y destruir cualquier otra estructura de madera, incluidas las vigas de soporte.
Algunas de las señales de la presencia de termitas son túneles de barro cerca del porche o en el techo del ático, pequeños agujeros en la madera y excrementos de termitas, que parecen serrín de madera en los suelos. Ten en cuenta que el daño ya podría estar hecho aunque las termitas ya no estén activas. La mayoría de los prestamistas exigen una tasación de la vivienda que incluye la búsqueda de termitas. Si hay indicios de daños, puede ser necesaria una inspección profesional y realizar reparaciones que ascienden a miles de dólares para recibir el préstamo.
4. Ventanas torcidas
Cuando se trata de la mecánica del hogar, las ventanas no son complicadas, pero el costo de reemplazar una ventana es de, en promedio, $850, según HomeAdvisors. El material de la ventana, el tipo, el tamaño y si se trata de un marco nuevo o adaptado determinarán el precio exacto.
La buena noticia: las ventanas son fáciles de inspeccionar por tu cuenta. “Principalmente se busca qué tipo de barrera hay entre el exterior y el interior. Lo importante es que sea una buena barrera, un buen burlete y una salida de incendios [vía de escape en caso de incendio]”, dice Furlough. Hay que fijarse en todo, desde mosquiteras rasgadas y cerraduras rotas hasta condensación en los cristales y huecos por los que entren corrientes de aire.
“Se puede saber mucho de la ventana con solo abrirla. ¿Se abre con suavidad o da la sensación de que se cae?”.
5. Daños por agua
Los daños causados por el agua pueden ser un problema grave y costoso si provocan la aparición del moho, la putrefacción de las vigas de madera o el deterioro de los cimientos. Pueden deberse a inundaciones, huracanes o lluvias torrenciales. El mal drenaje exterior, las tuberías con fugas y los daños en el techo también pueden ser los culpables.
“Las señales de daños por agua pueden venir de muchos sitios: fugas de plomería, goteras en el techo, o el agua puede filtrarse a los cimientos desde el exterior”, dice Nick Gromicko, fundador de InterNACHI, la Asociación Internacional de Inspectores de Viviendas Certificados.
Para detectar daños causados por el agua, Gromicko recomienda buscar manchas de agua en el techo, charcos de agua en el sótano, paredes arqueadas o combadas y pintura descascarada. Usa también la nariz. Si hay olor a humedad o moho en la casa, podría ser un problema de agua.
¿Envejecerá tu casa contigo?
Aunque una casa no sea un pozo sin fondo en el sentido tradicional, los compradores deben considerar si la vivienda seguirá satisfaciendo sus necesidades vitales a medida que envejezcan. Si no, la adaptación a medida que envejeces puede salirte muy cara.
Instalar una ducha accesible puede costar, en promedio, unos $8,000. Es probable que te cueste aún más remodelar una cocina para que los gabinetes sean más accesibles. El promedio nacional oscila entre $14,613 y $41,444 por una cocina remodelada, según HomeAdvisors.
Si estás buscando una casa para tu jubilación, piensa en lo que puedes necesitar a medida que envejeces, aconseja Angie Hicks, fundadora de los sitios web Angi, HomeAdvisor y Handy. “Comprueba que los baños sean accesibles, por ejemplo, que las duchas sean de fácil acceso. También hay que tener en cuenta las escaleras que conducen a la entrada de la casa o que se necesitan subir para llegar a un dormitorio del segundo piso. Pueden ser un obstáculo si pierdes la movilidad más tarde en la vida. Lo último que quieres es mudarte; el objetivo es seguir siendo independiente y disfrutar de tu hogar”, dice Hicks.