Lo que ha ocurrido, básicamente y de forma muy resumida, es que WhatsApp ha comenzado a avisar de algo que ya actualizó en el pasado lejos de Europa. WhatsApp iba a empezar a colaborar de forma más estrecha con su matriz, Facebook, compartiendo más datos de los usuarios con ella y con las demás empresas del grupo. ¿Datos privados? No, datos de uso de cara a mejorar los servicios de publicidad de Facebook.
La eterna polémica sobre si se comparten o no datos de las conversaciones privadas de los usuarios (cifradas y sin acceso por parte de la empresa) ha vuelto a ponerse sobre la mesa y la estampida de usuarios hacia otros servicios ha forzado a WhatsApp a mover ficha. Y esa ficha ha sido la de elaborar una página para sus condiciones explicando justo eso, que no acceden a la información privada ni a sus conversaciones. El problema, quizá, es que han añadido más texto a una sección, la de sus condiciones de uso, que la gran mayoría de usuarios no lee. Engordar una documentación que nadie consulta.
Así pues, WhatsApp ha añadido una nueva sección al apartado de ayuda de su web en la que indica que no acceden a los mensajes enviados entre los usuarios de la plataforma, ni a los mensajes de texto ni tampoco a cualquier tipo de adjunto que se intercambie, ya sea una foto, un vídeo o un archivo de audio o documento. Tampoco acceden a los datos de localización. WhatsApp recalca también que es posible crear chats con mensajes que se autodestruyen, para así elevar el nivel de seguridad.
Veremos si este mensaje surte efecto o no entre sus usuarios, aunque todo apunta a que no será así. Como hemos dicho antes, los términos y condiciones no se encuentran entre los textos más leídos de las apps y servicios online, y probablemente este mensajes pase bastante desapercibido. Y el temor a los movimientos de Facebook puede pasar una seria factura a WhatsApp. Al fin y al cabo, comparten el mismo techo.