Se trata del aspartamo que también se utiliza en una gran variedad de productos, como gelatinas, dulces, postres y pastillas para la tos, entre otros.
La conclusión se basó en los resultados de las investigaciones de dos grupos de expertos vinculados a la OMS: la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) estudió las pruebas sobre la existencia de peligro para la salud por parte de la sustancia, mientras que el Comité Conjunto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA, por sus siglas en inglés) de la OMS y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) evaluó el grado de riesgo real.
Como resultado, la IARC declaró que su decisión de catalogar al aspartamo como un posible cancerígeno se basó en cierta “evidencia limitada” de que puede provocar cáncer. Por su parte, el JECFA aseguró que no tiene pruebas convincentes de los daños que pueda causar este sustituto del azúcar, por lo que sería aceptable una ingesta de 40 miligramos de aspartamo por kilogramo de peso corporal al día, como se estableció ya en 1981.
Moez Sanaa, jefe de Normas y Asesoramiento Científico de la OMS, comentó que se necesitarán “mejores estudios, con un seguimiento más prolongado y cuestionarios dietéticos repetidos en las cohortes existentes [grupos de individuos que comparten una característica en común]”.
“Necesitamos ensayos aleatorios y controlados, incluyendo estudios de vías mecánicas relevantes para la regulación de la insulina, el síndrome metabólico y la diabetes, en particular en relación con la carcinogenicidad”, indicó.
El aspartamo, que es 200 veces más dulce que el azúcar común, fue descubierto en 1965 por el químico estadounidense James Schlatter.
En 1974, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó su uso como edulcorante de mesa.
Actualmente, se añade a una gran variedad de productos, como refrescos, gelatinas, dulces, postres y pastillas para la tos, entre otros, al ser un sustituto bajo en azúcar. HOY