Atenas.-Centenares de campesinos fueron evacuados este jueves de los alrededores de una central térmica amenazada por el fuego en Turquía, mientras proseguía la batalla en Grecia para controlar dos grandes incendios cerca de la antigua ciudad de Olimpia y en la isla de Eubea, avivados por una excepcional ola de calor.
Los dos países rivales se unieron esta semana en su combate común contra incendios sin precedentes, que los expertos vinculan con el calentamiento del planeta, en medio de temperaturas que oscilan entre 40 y 45 grados Celsius.
Ocho personas murieron y decenas tuvieron que ser hospitalizadas en el sur de Turquía. En Grecia, por el momento no se informó de ninguna víctima fatal.
Los bomberos griegos seguían combatiendo este jueves un incendio en Olimpia para proteger los restos arqueológicos donde se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la Antigüedad, en el oeste de la península del Peloponeso.
Los bomberos libraron una «batalla de toda la noche» para proteger el yacimiento del fuego en la región sureña del Peloponeso, cerca de la antigua Olimpia, según el ministro de Protección Ciudadana, Michalis Chrisochoidis. Allí se celebraron los Juegos Olímpicos cada cuatro años, desde el 776 antes de Cristo y durante más de un milenio.
«Seguiremos peleando todo el día para contener todos los frentes y extinguir el fuego. Las condiciones son difíciles», dijo Chrisochoidis, que felicitó a los bomberos por lo que describió como sus esfuerzos heroicos hasta ahora.
La misma zona fue arrasada por incendios forestales en 2007, que mataron a docenas de personas pero no afectaron a las ruinas de los templos y recintos deportivos de Olimpia.
La localidad de la antigua Olimpia, habitualmente repleta de turistas en esta época del año, y otras siete localidades cercanas habían sido evacuadas el miércoles.
«Realizamos un esfuerzo titánico en varios frentes», declaró el miércoles por la noche el viceministro griego de Protección civil, Nikos Hardalias.
Un despliegue similar se llevó a cabo en la inmensa isla de Eubea, unos 200 km al este de Atenas, para intentar controlar otro violento incendio que se declaró el martes en un terreno montañoso y arbolado.
Ahí, varios pueblos y un monasterio estaban cercados por las llamas, luego de que sus habitantes fueran evacuados.
Pero lo que más inquietud generaba este jueves es una central térmica, repleta de miles de toneladas de carbón, en la costa turca sobre el Egeo, amenazada por un incendio atizado por el viento.
Al son de las alarmas de evacuación, centenares de habitantes, llevando consigo sus escasas pertenencias, fueron evacuados a bordo de lanchas de los guardacostas turcos movilizados en el puerto de Oren, según constató la AFP. Otros lo hicieron por tierra.
Según las autoridades regionales, «todos los productos químicos explosivos» fueron retirados del lugar.
«Pero existe el riesgo de que el fuego se extienda a las miles de toneladas de carbón que hay en el interior», admitió a la prensa un responsable regional, Osman Gurun.
Durante la noche, imágenes divulgadas por el alcalde de Milas, Muhammet Tokat, mostraban un violento fuego a las puertas de la central.
Pero una inspección inicial mostró que el fuego nocturno no causó «daños serios a las unidades principales de la central», según la oficina del presidente turco Recep Tayyip Erdogan.
Más de 110 incendios han devastado los bosques de Grecia en las últimas 24 horas, y 180 en Turquía desde fines de julio.
Según el Observatorio de la Tierra de la UE Copernicus, este mes de julio es el segundo más cálido en Europa.
«Estamos en una fase de absoluta desregulación climática», se lamentó esta semana el viceministro griego de Protección civil, Nikos Hardalias. Ahora «no se habla más de cambio climático sino de amenaza climática», agregó.
El ministro de Agricultura turco, Bekir Pakdemirli, declaró que las temperaturas en la ciudad del Egeo, Marmaris, habían llegado a un máximo histórico de 45,5ºC esta semana. «Libramos una guerra», advirtió.
De ambos lados del mar Egeo las autoridades afrontaban la presión de los habitantes y autoridades locales que consideran insuficientes los medios de lucha contra los incendios.
El alcalde de la antigua Olimpia, Giorgos Georgopoulos, reclamó «más apoyo aéreo» en Open TV.
Del otro lado de la frontera, el alcalde turco de Milas «suplicó» que un «avión cisterna sea enviado de forma urgente».
La oposición reprochó al presidente Recep Tayyip Erdogan su fracaso en mantener su flota de aviones cisterna, y de haber tardado en aceptar la ayuda internacional.
Erdogan acusó a la oposición de intentar sacar partido político de la situación. «Los incendios forestales son una amenaza internacional, igual que la pandemia del covid-19», se defendió el presidente.Clarín.