Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el CaribeEdgard Garrido / Reuters
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) aseguró este jueves que la economía en la región crecerá un 5,2 % durante 2021, lo que contrasta con la drástica caída del 6,8 % que se registró durante el año pasado como resultado del impacto de la pandemia de coronavirus.
A pesar de que las estimaciones para este año son más favorables, ya que en principio había anticipado un crecimiento del 3,7 %, el organismo aclaró que estos niveles son insuficientes para garantizar una recuperación sostenida, ya que se prevé que el próximo año habrá una desaceleración y la economía solo crecerá un 2,9 %.
La funcionaria de Naciones Unidas advirtió que la expansión de este año no alcanzará para asegurar un crecimiento sostenido, ya que los impactos sociales de la crisis y los problemas estructurales de la región se han agudizado y se prolongarán durante la etapa de recuperación.
Por eso, urgió a los gobiernos a mantener las políticas de transferencias de emergencia para fortalecer una reactivación que sea sostenible en el tiempo, más justa, igualitaria y amigable con el medio ambiente.
“Necesitamos políticas para una recuperación transformadora con énfasis en la inversión. Políticas industriales y tecnológicas para impulsar el crecimiento de sectores más intensivos en tecnología y generadores de empleos de calidad. Reestructurar los sistemas de salud y educación“, dijo.
Balance
Según la Cepal, los problemas estructurales que limitaban el crecimiento de la región antes de la pandemia se agudizaron y repercutirán negativamente en la recuperación de la actividad económica y los mercados laborales, más allá del repunte del crecimiento de 2021 y 2022.
“En términos de ingresos per cápita, la región continúa en una trayectoria que conduce a una década perdida“, insiste el informe.
También añade que la tasa de crecimiento actual no es sostenible y que existe un riesgo de retorno a trayectorias mediocres, con insuficiente inversión y empleo, y un mayor deterioro ambiental.
“La crisis derivada de la pandemia ha aumentado la desigualdad y la pobreza, afectando principalmente a las mujeres, escolares y personas mayores. Además llegó en un momento donde la región estaba estancada, sin enfrentar la crisis de largo plazo de la inversión, el empleo y la diversificación productiva sostenible”, señala el documento.
Hasta el pasado 30 de junio –precisa el informe–, la región acumulaba más de 1,26 millones de muertos por causa de la pandemia, lo que representa el 32 % del total mundial. Otro problema es que solo el 13,6 % de la población en esta región ha completado el esquema de vacunación, lo que contrasta con el 34,9 % de la Unión Europea y el 46,3 % de América del Norte.
Por otra parte, en el último año la tasa de pobreza extrema alcanzó el 12,5 % y la de pobreza el 33,7 %, y aunque son tasas altas, el organismo reconoce que las transferencias de emergencia a los sectores más vulnerables permitieron atenuar estos indicadores.
Para ser más precisos, de no haber existido estos programas sociales, en lugar de los 209 millones de personas en condiciones de pobreza que hay hoy, habría 230 millones, y los 78 millones en pobreza extrema habrían sido 98 millones.
El informe señala que, si bien las transferencias de recursos a través de los programas diseñados por los estados beneficiaron a 326 millones de personas, es decir, al 49,4 % de la población de América Latina y el Caribe, otro dato nada alentador es que la desigualdad en la distribución del ingreso aumentó a nivel regional.
Impacto
Al desglosar otros indicadores, el organismo explica que la inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó a un 40,4 % de la población en 2020, 6,5 puntos porcentuales más que en 2019. Esto significa que hubo 44 millones de personas más en estas condiciones.
Con respecto a las transferencias, precisa que en el período entre enero y abril de 2021, 20 países anunciaron o extendieron transferencias de emergencia por 10.000 millones de dólares, lo que representa el 0,26 % del PIB de 2020.
De mantenerse este nivel de gasto en los restantes ocho meses de 2021, el gasto en transferencias sería de solo la mitad de lo que se invirtió el año pasado y que alcanzó al 1,55 % del PIB, por lo que la cobertura sería mucho menor y llegaría a 60 millones de hogares, es decir, a 231 millones de personas y 29 % de la población, en contraste con las 326 millones de beneficiarios que hubo en 2020.
En materia de comercio exterior el panorama es más favorable, ya que se prevé que las exportaciones regionales se incrementen 22 % en 2021 luego de experimentar un descenso de 10 % en 2020, lo que se explica por el aumento de los precios de las materias primas, la recuperación de la demanda en China, EE.UU. y la Unión Europea, y la recuperación de la actividad económica en la región.
Además, entre enero y abril de 2021, el valor del comercio intrarregional se expandió un 19 % respecto al mismo período de 2020, con lo que recuperaría valores cercanos a los de 2019. RT