La irrupción del chatbot GPT en sus distintas versiones, encendió las alarmas en el mundo de los medios de comunicación. Algunos lo ven con entusiasmo, otros son escépticos.
ChatGPT es un chatbot desarrollado en 2022 por OpenAI que hace apenas unos días lanzó su última versión: GPT-4. Kevin Roose escribió en The New York Times que, así como “es un poderoso motor para la creatividad”, también “hay razones para temerle a GPT-4. Aquí va una: todavía no sabemos todo lo que puede hacer”.
En el mundo de la comunicación cayó con esa misma ambivalencia. Algunos la ven con ojos entusiastas, otros abren el paraguas. Quizás la verdad —si es que existe tal cosa como la verdad— no esté en ninguno de esos dos extremos.
Muchos periodistas la utilizan para agilizar su trabajo, para facilitar su rutina, sobre todo en tiempos en que la era del click parece exigir contenidos más estandarizados, más digeribles, más consumibles.
El cruce entre inteligencia artificial y periodismo ya es un hecho innegable. ¿Estamos frente al asesino del oficio o a su partenaire ideal? ¿Qué futuro se vislumbra desde acá?
Un mundo más práctico
Desde España, Jorge Carrión es uno de los escritores que más ha indagado en el tema. No sólo en libros ensayísticos o en sus columnas periodísticas, también desde la ficción. En su último libro, Los campos electromagnéticos, programó un sistema GPT-2 de inteligencia artificial para que dialogue con otro, GPT-3, con el fin de generar dos textos literarios.
Ahora, en diálogo con Infobae Cultura, reflexiona: “Yo diría que las redes neuronales de lenguaje natural van a sumir rápidamente la redacción de muchos de nuestros textos cotidianos, como los emails o los informes.
También la redacción, en periodismo, de los textos que tengan que ver con resultados, como campeonatos de fútbol o premios de cine, series o música. En esos casos el periodista actuará como corrector, editor y verificador. También en reportajes que no sean de actualidad y en ciertos análisis, como los económicos o científicos, pronto van a ser muy buenos”.
Facilidades —¿no es acaso lo que todos buscamos?— para poder abocarnos a la importante.
¿Cuánto cambió el periodismo con la llegada de internet? Desireé Jaimovich, periodista especializada en tecnología —fue editora de la sección Tecnología en Infobae durante varios años—, probó varias veces ChatGPT: “Funciona excelente: redacta bien, es coherente e incluso se le puede pedir el tipo de texto que querés (guión, texto informativo, periodístico, etc.) y hasta el tono. Sirve para cuando hay que resignificar cables o gacetillas. Es un excelente ‘refritador’. Lo veo como un aliado cuando hay que salir de apuro o realizar esas tareas mecánicas pero no veo que vaya a reemplazar el trabajo periodístico más lindo y significativo y por esto me refiero a investigar, salir a la calle, buscar nuevas historias o ángulos novedosos. En todo caso lo veo como un aliado que nos libera de la tediosa tarea que muchas veces tenemos que hacer”.
Para Maxi Fanelli, periodista también especializado en la materia y fundador de la revista OverCluster, ChatGPT es “una herramienta bastante útil si hacés algunos comunicados de productos o de temas que no necesitás tanto aprendizaje y que tirándole los datos clave te puede solucionar y armarte una linda gacetilla. Creo que funciona más para prensa que para periodismo, porque te hace más un comunicado de prensa que una nota periodística. Va a ayudar mucho a las agencias de prensa o algunos periodistas, por lo menos a tirarte un puntapié”.
Y agrega: “Te liberás de ese tiempo que antes tenías que sentar redactando todo en la nota base, en el comunicado base, y ahora vas a tener tiempo para buscar más información o para hacer más producción de campo. Es como la herramienta para desgrabar audios: después tenés que editar bien todo, pero en principio te re sirve”. HOY