Emiratos Árabes Unidos y en especial Dubai están paralizados a consecuencia de las intensas lluvias que sobrevinieron tras un experimento para sembrar nubes y hacer que lluevan.
El mèdtodo tiene décadas de antigüedad, genera controversia en la comunidad meteorológica, e donde unos opinan que no son del todo efectivas, en tanto que otros sostienen que ahora es la causa de las grandes precipitaciones que pasaron a convertise en un azote, por las inundaciones y destrozos que ocasiona el inmenso volumen de agua que cae.
Las inundaciones que el martes anegaron EAU, “desde luego, no se trata de una siembra de nubes”, afirma el meteorólogo privado Ryan Maue, antiguo científico jefe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. “Si eso ocurriera con la siembra de nubes, tendrían agua todo el tiempo. No se puede crear lluvia de la nada y obtener 15 centímetros de agua. Eso es parecido a la tecnología del movimiento perpetuo”.
Los meteorólogos y científicos del clima afirmaron que las precipitaciones extremas son similares a lo que el mundo espera del cambio climático provocado por el hombre. Una forma de saber con certeza que no fue causado por la manipulación de las nubes es que se predijo con días de antelación.
El investigador en ciencias atmosféricas, Tomer Burg, se refirió a modelos informáticos que seis días antes habían pronosticado varios centímetros de lluvia, la cantidad típica para todo un año en Emiratos Arabes Unidos.
Tres sistemas de bajas presiones formaron un tren de tormentas que se desplazaba lentamente a lo largo de la corriente en chorro -el río de aire que mueve los sistemas meteorológicos- hacia el Golfo Arábigo, afirmó el científico del clima Michael Mann, de la Universidad de Pensilvania. Echar la culpa a la siembra de nubes ignora las previsiones y la causa, añadió.
Muchas de las personas que apuntan a la siembra de nubes son también negacionistas del cambio climático que están tratando de desviar la atención de lo que realmente está sucediendo, dijeron Mann y otros científicos.
“Cuando hablamos de lluvias torrenciales, tenemos que hablar de cambio climático. Centrarse en la siembra de nubes es engañoso”, afirma la climatóloga del Imperial College de Londres, Friederike Otto, que dirige un equipo que realiza atribuciones rápidas de fenómenos meteorológicos extremos para ver si fueron causados por el calentamiento global o no.
“Las precipitaciones son mucho más intensas en todo el mundo a medida que el clima se calienta, porque una atmósfera más cálida puede retener más humedad”.
¿Qué es la siembra de nubes?
Para que llueva, las nubes necesitan pequeñas gotas de agua o hielo llamadas núcleos. Este método de modificación del tiempo utiliza aviones y cañones terrestres para disparar partículas a las nubes y crear más núcleos, atrayendo humedad que cae en forma de nieve y lluvia.
Normalmente se utiliza yoduro de plata, pero también puede ser hielo seco y otros materiales. El método, pionero en la década de 1940, se popularizó en el oeste de Estados Unidos a partir de los años 60, sobre todo para la nieve.
No se puede crear agua a partir de un cielo despejado: hay que disparar partículas a una nube de tormenta que ya contenga humedad para que caiga, o para que caiga más de lo que caería de forma natural.
Fuente: Agencias