Kiev.- La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) dijo hoy que la guerra en Ucrania podría durar «años» y pidió seguir dando armas a Kiev para que sostenga la lucha con Rusia pese a la creciente suba del precio mundial de la energía y los alimentos tras casi cuatro meses de combates.
En Alemania, en tanto, el Gobierno anunció hoy que, luego de que Rusia le redujera los envíos de gas por la guerra, deberá usar más carbón, con lo que le será difícil cumplir sus compromisos climáticos.
La guerra en Ucrania ha disparado los precios internacionales de materias primas, sobre todo los cereales, y de los combustibles, provocando una ola inflacionaria mundial y temores a una recesión en Estados Unidos de fuerte impacto para la economía global.
El Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió hoy que tuvo que reducir a la mitad las raciones del 75% de los refugiados de África del este y del oeste a los que asiste, a falta de adecuada financiación y pese a que las necesidades son crecientes.
Estados Unidos y países de la Unión Europea (UE) que dan armas a Ucrania por miles de millones de dólares están sufriendo cada vez más las consecuencias económicas del conflicto, luego de haber aplicado duras sanciones a las finanzas y la diplomacia rusas.
Ucrania dijo hoy que recibió más de 1.400 sistemas antiaéreos Stinger y 6.500 Javelin, helicópteros Mi-17, sistemas Harpoon y aviones no tripulados de Estados Unidos, que la semana pasada anunció su mayor inflación interanual en 40 años.
Rusia ha dicho recientemente que Occidente ha causado una crisis económica planetaria con las sanciones que le impuso, que le impiden vender cereales -de los cuales es el primer productor mundial- y fertilizantes, que escasean.
El Gobierno del presidente Vladimir Putin también dice que las continuas entregas de armas a Ucrania no cambiarán el curso de un conflicto que, asegura, ganará, y que solo prolongarán el sufrimiento del pueblo ucraniano y la agonía económica de Occidente.
El primer ministro del Reino Unido -otro de los grandes suministradores de armas a Ucrania-, Boris Johnson, dijo ayer que estaba preocupado de que «un poco de fatiga de Ucrania se empiece a asentar alrededor del mundo» y llamó a mantener el apoyo a Kiev.
El Ministerio de Defensa británico sonó hoy aún más la alarma al decir que los brutales combates en el este de Ucrania, en la región del Donbass, están desmoralizando a las tropas ucranianas y «probablemente» provocando deserciones.
Rusia invadió Ucrania a fines de febrero pasado luego de que Estados Unidos rechazara su exigencia de frenar la expansión hacia el este de la OTAN, la alianza militar transatlántica liderada por Washington que Moscú ve como una amenaza.
En una entrevista publicada hoy por el diario alemán Bild, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo no saber cuánto tiempo podrá durar la guerra.
«Tenemos que estar preparados para que esto dure años», declaró.
«No debemos desfallecer en nuestro apoyo a Ucrania, incluso si los costos son altos, no solo en términos de apoyo militar, sino también en el aumento de los precios de la energía y los alimentos», prosiguió.
«Tendríamos que pagar un precio aún mayor» si Putin lograra sus objetivos en Ucrania, agregó.
También el papa Francisco llamó hoy a no olvidar a Ucrania y su derecho a defenderse, aunque en su caso ha lamentado los suministros de armas.
«Y no nos olvidemos del martirizado pueblo de Ucrania en este momento», dijo Francisco ante una multitud en la Plaza de San Pedro, informó la agencia de noticias ANSA.
«‘¿Qué hice hoy por el pueblo ucraniano?’», les pidió que se preguntaran.
En días, recientes Gazprom, la compañía de gas estatal de Rusia, redujo sus suministros a Alemania e Italia, dos de sus mayores compradores de Europa.
El Gobierno italiano tiene previsto discutir esta semana el impacto de la medida.
La compañía estatal energética italiana ENI dijo ayer que gracias a gas que se compró otros proveedores, Italia debería poder pasar el próximo invierno, que empieza en diciembre, pero advirtió que podrían ser necesarias «restricciones» en el uso del gas.
En Alemania, el ministro de Economía alemán anunció hoy que el país limitará el uso de gas para la producción de electricidad y que se acumulará para hacer frente a los fríos meses del invierno, mientras se recurre a la utilización de más carbón para compensar.
El anuncio supone un giro de 180 grados para el Gobierno del canciller federal Olaf Scholz, una coalición que incluye a un partido ecologista y que había prometido abandonar el uso de carbón antes de 2030 como forma de contener el calentamiento global.
«Para reducir el consumo de gas, se tiene que usar menos gas para producir electricidad. En su lugar, se deberán utilizar más las centrales de carbón», dijo el ministro de Economía, el ecologista Robert Habeck, en un comunicado.
«Es amargo, pero es indispensable para reducir el consumo de gas», enfatizó Habeck y agregó: «La seguridad del suministro está garantizada» pero «la situación es grave».
En Ucrania, el centro de gravedad de los combates se sitúa en el Donbass, en cuyas dos provincias, Lugansk y Donetsk, Rusia ha hecho avances en las últimas semanas como parte de una ofensiva para conquistar toda la región.
Hoy, el Ejército ucraniano afirmó que logró frenar ataques rusos cerca de la ciudad de Severodonetsk, en Lugansk, escenario de intensos combates desde hace semanas y mayoritariamente controlada por Rusia.
«Nuestras unidades lograron frenar el asalto en la región de Toshkivka», declaró el Ejército ucraniano en Facebook. «El enemigo se retiró», agregó.
Una planta química de Severodonetsk donde se refugian más de 500 civiles, entre ellos 38 niños, se vio afectada por bombardeos otra vez en horas recientes, dijo el gobernador de Lugansk, Sergii Gaidai.
Desde Moscú, el Ministerio de Defensa ruso afirmó hoy que «la ofensiva contra Severodonetsk se lleva a cabo con éxito» y que las fuerzas rusas liberaron una localidad de su periferia.
El presidente Volodimir Zelenski, en tanto, afirmó hoy que Ucrania «no dará el sur del país a nadie», tras una visita a esa parte del territorio ucraniano, que está parcialmente ocupada por fuerzas rusas. Télam