Los ministros de Exteriores del Mercosur se reunirán este viernes en Buenos Aires para discutir sobre la actualidad del bloque suramericano en medio de un escenario global convulsionado por la guerra comercial desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Según confirmaron a EFE fuentes oficiales, la cita se celebrará a puertas cerradas en la capital de Argentina, país que este semestre ocupa la presidencia rotativa del bloque.
El encuentro tiene además carácter informal y, de hecho, no figura en el calendario oficial de reuniones del Mercosur, bloque fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
Con el canciller argentino, Gerardo Werthein, como anfitrión, se espera que al encuentro acudan los ministros de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira; Uruguay, Mario Lubetkin; y Paraguay, Rubén Ramírez.
Divergencias
El Mercosur llega a esta cita ministerial en Buenos Aires con diferencias entre los socios sobre la importancia estratégica del proceso de integración regional y el futuro de la unión aduanera.
La múltiple agenda interna y externa del bloque parece haber perdido impulso bajo la Presidencia pro témpore del mandatario argentino, Javier Milei, quien, lejos de alentar el proceso de integración, ha amenazado varias veces con retirar a su país de la unión.
Tras abrazar a Israel y Estados Unidos como sus principales socios en materia de política exterior, Milei ha dejado en claro que ni el Mercosur ni los vínculos con sus vecinos son su prioridad y no descarta abandonar el bloque si éste es un obstáculo para llegar a algún tipo de acuerdo comercial con Washington.
La normativa del Mercosur impide a los países miembros negociar acuerdos comerciales con otros mercados de manera independiente y no como bloque.
Los aranceles anunciados el pasado 2 de abril por Trump añaden tensión ya que los socios no tienen una postura única sobre cómo responder desde un bloque donde las decisiones se toman por consenso y no por mayoría.
Mientras Uruguay y Paraguay se han mostrado cautos ante la guerra comercial, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó de plano las imposiciones de Trump y aseguró que tomará “todas las medidas posibles para defender a las empresas y a los trabajadores brasileños”.
Milei, en tanto, prometió adecuar la normativa argentina para cumplir con los requerimientos de la “propuesta de aranceles recíprocos” de Trump.
“Todo indica que Argentina utilizará el contexto para presionar a sus socios regionales en un acuerdo rápido con Estados Unidos como vía para evitar las sanciones arancelarias. Resta ver la reacción de los socios del Mercosur y, en el eventual caso de una negativa a negociar, qué actitud tomará Argentina”, señaló en un informe el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales.
Alternativas
Las diferencias tornan difícil llegar a un consenso para dar una respuesta a Trump desde el Mercosur, a cuyos países miembros el presidente estadounidense impuso un arancel adicional del 10 %.
El comercio del Mercosur se rige por un arancel externo común (AEC), con alícuotas que van desde el 0 al 35 % y cuyo promedio bajó hace dos años un 10 % para la mayoría de los productos que ingresan al bloque.
De acuerdo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), Argentina aplica un arancel promedio del 13,4 %; Brasil, del 11,2 %; Uruguay, del 10,1 %; y Paraguay, del 8,6 %.
El bloque podría como conjunto subir o bajar su AEC, sea en represalia a Estados Unidos o para llegar a un acuerdo con Washington, o bien para estar mejor plantado ante otros mercados en el convulsionado escenario comercial.
“Es difícil. No hay consenso político y hay orientaciones económicas diferentes”, dijo a EFE la experta en relaciones internacionales Florencia Rubiolo, directora de Insight 21, espacio de conocimiento de la Universidad Siglo 21.
Si no hubiera consenso entre los socios, a cada país le queda la alternativa de adoptar las denominadas “acciones puntuales” para aumentar aranceles por sobre el AEC “por razones de desequilibrios comerciales derivados de la coyuntura económica internacional”.
Cada miembro del Mercosur puede tener una Lista Nacional de Excepciones (LNE) al AEC en una cantidad limitada de productos que puede cambiar cada seis meses, previa notificación a sus socios.
Fuente: EFE.