Ya pasaron dos años de la pandemia y si bien se registra un descenso de infectados, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) insta a los países a no bajar la guardia, además de evaluar riesgos, reforzar medidas si los casos aumentan y estar preparados para responder rápidamente a nuevas variantes y brotes.
Así lo pidió la directora de la OPS, Carissa F. Etienne, quien advirtió a los países que es demasiado pronto para bajar la guardia.
“Cuando los lugares relajan las medidas en el momento equivocado, la transmisión se dispara en forma peligrosa y perdemos más vidas”, señaló, por lo que insta a los países a basar sus decisiones en evaluaciones de riesgo y datos sanitarios, así como a reforzar las medidas si los casos aumentan.
“Es probable que COVID-19 esté aquí para quedarse. Debemos aprender a vivir con este virus y adaptarnos rápidamente a los nuevos cambios”, refirió la titular de la OPS.
En las Américas se han visto más afectadas que cualquier otra región del mundo, con más de 2,6 millones de vidas perdidas, la mitad de todas las muertes mundiales. “Esta es una tragedia de enormes proporciones, y sus efectos se sentirán durante años”, agregó.
Advirtió que la pandemia sigue siendo hoy una amenaza, ya que los países experimentaron cifras récord de nuevas infecciones durante la ola de la variante ómicron, y las Américas representaron el 63% de los nuevos casos mundiales solo en los dos primeros meses de 2022.
“Todos queremos que la pandemia termine, pero el optimismo solamente no puede controlar el virus”, consideró, pidiendo que las naciones “continúen atentos”, aprovechen las lecciones de los dos últimos años para prepararse para una acción rápida y ajustar las orientaciones de salud pública si surge una nueva variante o se producen brotes, asegurando una vigilancia continua y facilitando las pruebas incluso cuando la transmisión es baja.
En América Latina y el Caribe, 248 millones de personas aún no han recibido una sola dosis de la vacuna COVID-19, en particular aquellos que se encuentran en áreas rurales de difícil acceso y en comunidades desatendidas.
Etienne informó que en la región los casos disminuyeron un 26% en las Américas en la última semana y las muertes también se redujeron casi un 19%. Sin embargo, el número de casos notificados puede no reflejar con exactitud la situación en algunos países, dado la posible reducción en la realización de pruebas, señaló.
A pesar del descenso general de casos y muertes, los casos nuevos aumentaron un 2,2% en el Caribe. Bolivia y Puerto Rico también informaron un incremento de las muertes en la última semana. HOY