La COP28 activó este sábado una batería de compromisos para acelerar la descarbonización centrados en triplicar la capacidad instalada renovable y a duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética, reducir casi a cero las emisiones de las grandes petroleras y, simultáneamente, las de los sectores industriales con mayor impacto climático.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023.
Foto: EFE.
También hubo grandes promesas económicas, respecto a la rebaja de las emisiones del metano —un gas de efecto invernadero con 80 veces más capacidad de atrapar calor que el CO2— y declaraciones multilaterales sobre salud, que por primera vez entró al estrado de la acción climática como una víctima del calentamiento global que necesita ser abordada en reuniones como la COP28.
“Si estos compromisos se cumplen, y en lo que respecta a las temperaturas que de otro modo veremos en la próxima década, hoy podría ser la jornada de anuncios con mayor impacto de cualquier cumbre en los 30 años que llevo en el Fondo de Defensa Ambiental”, analizó en una rueda de prensa organizada por la COP28 Fred Krupp, director de esa organización estadounidense.
Renovables y eficiencia
La primera gran promesa fue el compromiso mundial sobre energías renovables y eficiencia energética, firmado por 118 países, que aspira a triplicar la capacidad instalada renovable y a duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética de aquí a 2030.
Impulsado por la presidencia de la COP28, el acuerdo busca alcanzar en menos de siete años los 11.000 gigavatios de capacidad renovable y elevar el ritmo de mejora de la eficiencia energética del 2 al 4% al año.
Otro paso en este camino de la descarbonización fue el compromiso de destinar 1.000 millones de dólares a proyectos de reducción de emisiones de metano, si bien los organizadores de la COP28 indicaron que los detalles sobre este plan llegarán el próximo día 5 de diciembre, cuando se desarrolle el día temático de la energía.
También se anunció el denominado acelerador de la transición industrial, para la descarbonización en sectores de altas emisiones como el acero, el aluminio o el cemento.
Este proyecto busca unir a políticos, expertos, industrias y financiadores para destrabar inversiones y “escalar” rápidamente la puesta en marcha de proyectos para reducir emisiones.
Otro tercer compromiso de gran calado llegó de la mano de la industria petrolera, con 50 grandes empresas responsables del 40% de la producción global de petróleo que se sumaron a la Carta de la Descarbonización del Petróleo y el Gas, una iniciativa impulsada por la presidencia de la COP28, Emiratos Árabes Unidos, y Arabia Saudí.
Las compañías signatarias —más de la mitad (un 60%) de empresas nacionales de petróleo— se comprometieron así a realizar “operaciones neutras en carbono” para el año 2050, a poner fin a la quema rutinaria de gas en antorcha en 2030 y a reducir casi a cero las emisiones de metano.
Mediante esta carta, las petroleras aceptaron llevar a cabo una serie de medidas para recortar sus emisiones, como invertir en energías renovables, “combustibles bajos en carbono” y “tecnologías de emisiones negativas”.
Salud y dinero
La jornada arrancó con otro compromiso, la firma de la Declaración de Clima y Salud de la COP28, iniciativa apoyada por 123 países para poner a la salud en el centro de la acción climática, donde se reconoce que hay que reducir emisiones y la contaminación para salvaguardar a la población del planeta de riesgos sanitarios.
Allí se unieron potencias, como Estados Unidos, la Unión Europea o Japón, pero no las dos naciones más pobladas del mundo, China e India, y fue impulsada por la presidencia de la COP28, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las promesas se dieron mientras los líderes políticos globales continuaban con sus discursos en el salón principal de la conferencia, en esta ocasión con la presencia destacada del canciller alemán, Olaf Scholtz; la primera ministra italiana, Georgia Meloni, y la vicepresidenta de los EEUU, Kamala Harris, quien llegó con una promesa de 3.000 millones de dólares para el Fondo Verde del Clima.
Harris aseguró que ese dinero irá para ayudar a los países en desarrollo “a invertir en resiliencia, energía limpia y soluciones basadas en la naturaleza”.
La política estadounidense, que habló supliendo al presidente Joe Biden —que no asistió a la COP28—, destacó los esfuerzos de su gobierno en materia de acción por el clima, al realizar “la mayor inversión climática de la historia de nuestro país”.
Harris se refirió así al desembolso que EEUU ha hecho como parte de su inflation reduction act (IRA), aprobado en 2022, “hoy estamos construyendo y ampliando en todo EEUU cientos de plantas de fabricación de paneles solares, turbinas eólicas, vehículos eléctricos y baterías”, alegó.
Scholz, por su parte, llamó a actuar con rapidez para limitar el calentamiento global y pedir que el tipo de compromisos anunciados en la jornada fueran “vinculantes”.
Fuente: EFE.