La cantidad de líderes mundiales y otros delegados que llegaron a la cumbre de la COP26 en jet privados ha generado críticas.
Pero, ¿cuál es el impacto verdadero de este modo de transporte? y, ¿que otra opción les queda a los líderes?
¿Cuántos jets privados han llegado a Glasgow?
Los aficionados de la aviación en el aeropueto Prestwick (que sirve a Glasgow) han disfrutado del inusual tipo de tráfico aéreo de los últimos días en esa localidad.
Y no han sido sólo esas aeronaves especiales que transportan a los líderes y dignatarios -también han aterrizado aviones de carga con helicópteros y vehículos de caravana.
Sabemos, por ejemplo, que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trajo consigo una de sus limusinas blindadas, conocida como “la Bestia”. También estuvo en Roma, el domingo, con una de ellas.
FlightRadar24, un servicio de internet que rastrea el tráfico aéreo, registró el número de vuelos no comerciales que llegaron a los aeropuertos de Glasgow, Prestwick y Edimburgo desde el 27 de octubre, excluyendo los de carga y viajes locales cotidianos.
Encontró que hubo 182 vuelos de ese tipo, que representan el doble del total de los seis días anteriores. Esa cifra excluye algunos vuelos de aviones presidenciales, como el avión de Biden, Air Force One.
La empresa de análisis de aviación Cirium le comentó a la BBC que hubo un total de 76 vuelos de jets privados, o vuelos VIP, que llegaron a Glasgow y su entorno en los los cuatro días antes del 1 de noviembre.
También se han jets privados saliendo del aeropuerto en Paisley (cerca de Glasgow) que han transportado a pasajeros hasta el aeropuerto de Prestwick, en Ayrshire –a una distancia de 41 km– donde están en tierra.
¿Cuál es la huella de carbono de viajes en jet privado?
Los vuelos producen gases de efecto invernadero -principalmente dióxido de carbono (CO2)- con la quema de combustibles. Estos gases contribuyen al calentamiento global.
Se sabe que las emisoines por kilómetro de viajes aéreos son mucho peores que las de cualquier otra forma de transporte.
Pero estas varían considerablemente según el tamaño, niveles de carga y eficiencia. Los jets privados producen significativamente más emisiones por pasajero que los aviones comerciales.
Hay muchos tipos de modelos de jets privados, pero en Cessna Citation XLS -regularmente el más popular- quema un promedio de 225 galones (1.023 litros) de combustible aéreo por hora.
Si consideramos el viaje desde Roma a Glasgow en jet privado -un vuelo que muchos de los líderes del G20 tomaron para llegar a la COP26- eso tomaría unas dos horas y 45 minutos, requiriendo 2.813 litros de combustible de jet.
El Departamento de Estrategia de Empresa, Energía e Industria de Reino Unido (BEIS por sus siglas en inglés) afirma que por cada litro de combustible de avión quemado se emiten 2,54 kilos de dióxido de carbono. De manera que un vuelo de estos produciría 7,1 toneladas de CO2.
Sin embargo, BEIS recomienda que para “captar el máximo impacto climático” de los vuelos, las cifras de emisiones de CO2 deberían ser multiplicadas por 1,9 para reflejar el efecto de emisiones no relacionadas al dióxido de carbono despedidas por los aviones a grandes altitudes que, según los científicos, aumentan el efecto de calentamiento.
De manera que, el total de emisiones para este vuelo sería equivaldría a 13,5 toneladas de CO2, y con una capacidad para nueve pasajeros, cada uno sería responsable de 1,5 toneladas durante su viaje.
Sin embargo, si nuestros líderes mundiales hubieran optado por un vuelo comercial de Roma a Glasgow, sus emisiones hubieran sido de un cuarto de tonelada cada uno. A pesar de que los vuelos comerciales consumen más combustible por hora, pueden cargar muchísimos más pasajeros que un jet privado, reduciendo de esta manera la emisiones por persona.
“Se usa una enorme cantidad de combustible durante el despegue y aterrizaje de un avión, no importa cuántas personas haya abordo. De manera que un modo de transporte ya muy contaminante (la aviación comercial) se vuelve pero (con jets privados)”, señala la doctora Debbie Hopkins, experta en la descarbonización del transporte de la Universidad de Oxford.
¿Era necesario que vinieran en persona?
En abril, el presidente Biden fue anfitrión de una cumbre climática de líderes mundiales, donde se lograron ciertos compromisos.
Pero muchos en esta cumbre han hablado del valor de reunirse en persona.
El presidente de Sierra Leona dijo: “He realizado un viaje extenso porque tengo que estar aquí -estamos hablando de los desafíos y el medioambiente en Sierra Leona. Si no vengo, ¿cómo lo sabrán?”
La secretaria de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, indicó que las conversaciones cara a cara eran necesarias para “negociaciones a la hora de la verdad” como estas.
¿Por qué tuvo que hacerse la cumbre del G20 en Roma?
Otra pregunta que se están haciendo en las redes sociales es por qué la reunión del G20 que sucedió antes de la COP26 tuvo que hacerse en Roma.
El G20 es el grupo de grandes economías más la Unión Europea.
Ellos sostienen una cumbre anual, organizada por el país que en ese momento ostenta la presidencia rotativa del grupo.
Si la COP26 hubiese tomado lugar en noviembre 2020, como se planeó originalmente, hubiera seguido a la cumbre del G20 en Riad, Arabia Saudita. BBC