El país andino registra un aumento sostenido de casos desde principios de noviembre. Si bien aún está lejos de alcanzar las cifras récord de junio, el número de casos diarios promedio de esta semana fue similar a los primeros días de mayo, cuando comenzaba el tercer pico de contagios.
Además, la capacidad de testeo es baja y casi no se realizan análisis clínicos a domicilio, por lo que es difícil estimar el número real de infectados y muertos por la enfermedad. Sin embargo, la tasa de letalidad se mantiene cerca del 1%, muy por debajo de las olas anteriores. En la primera, el indicador llegó al 6,2%; durante las otras dos, se ubicó en 2,7%, según datos oficiales.
“El lunes vamos a recibir un lote de un millón de vacunas”, anunció el ministro de Salud, Jeyson Auza. Las dosis de la vacuna AstraZeneca serán donadas por Argentina, que las produce con México para su distribución en ambos países y el resto de Latinoamérica.
Con alrededor del 38% de sus más de 11 millones de habitantes vacunados, Bolivia se ubica en el noveno lugar de Sudamérica, ligeramente por encima de Venezuela, Guyana y Surinam.
Pese a la alta disponibilidad de vacunas Sputnik V, Sinopharm, AstraZeneca, Pfizer y la unidosis Johnson y Johnson, buena parte de la población se rehúsa a inocularse, en medio de rumores y noticias falsas sobre supuestos efectos adversos de las vacunas que irían desde la esterilidad hasta convertirse en hombre lobo.
Ello motivó a gobiernos locales a organizar campañas puerta a puerta para convencer a los no vacunados. A su vez, el excedente de dosis y el riesgo de que caducaran antes de ser utilizadas llevó a las autoridades a habilitar una dosis de refuerzo y bajar gradualmente la edad mínima para vacunarse, que hoy es de cinco años.
El crecimiento de casos de COVID-19 en Bolivia se produce mientras la variante ómicron, detectada por primera vez en Sudáfrica hace cerca de un mes, se propaga “a un ritmo que no habíamos conocido hasta ahora con ninguna otra variante”, según Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta nueva versión ya ha sido detectada oficialmente en 80 países, pero “se halla probablemente en la mayoría”, de acuerdo con el jerarca. Pero ningún caso se ha identificado hasta ahora en Bolivia.
Tras las estrictas medidas de confinamiento impuestas durante el gobierno transitorio de Jeanine Áñez (2019-2020) para el control de la pandemia, el gobierno del izquierdista Luis Arce ha optado por políticas más laxas en busca de impulsar el crecimiento económico.
Fuente: AFP.