Argentina se encamina hacia su peor registro inflacionario en 30 años

El Índice de Precios al Consumidor en junio alcanzó el 6,0% y acumuló 50,7% desde enero. El pronóstico para este año es de más del 142%, cifra que no se registra desde la hiper del 89-90.

EFE
BUENOS AIRES

La inflación en Argentina logró en junio aminorar su paso por segundo mes consecutivo, aunque aún crece a tasas interanuales que superan los tres dígitos y se encamina a cerrar este año electoral con el mayor índice de las últimas tres décadas. Según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos, el índice de precios al consumidor se situó en junio en el 115,6 % interanual.

En comparación con mayo pasado, la inflación avanzó un 6 %, evidenciando, por segundo mes consecutivo, una leve moderación respecto a las tasas mensuales del 8,4 % de abril y del 7,6% en el quinto mes del año.

Para Martín Calveira, economista investigador del IAE Business School, “si bien el dato de inflación de junio muestra una desaceleración respecto de los niveles que se registran desde marzo, sigue constituyendo un nivel de variación mensual alto”, producto de “un abordaje ineficaz” y “excesos monetarios”.

RUBROS. Los mayores aumentos de precios en el sexto mes del año se registraron en servicios de comunicaciones (10,5%), salud (8,6%) y gastos de vivienda (8,1%).

La moderación mensual respecto a mayo fue gracias a menores aumentos en alimentos y bebidas, que subieron 4,1%, muy por debajo de las tasas de incremento de los meses previos.

Más allá de estos factores que incidieron sobre los precios en junio, Argentina vive un proceso de inercia inflacionaria, con tasas mensuales no menores al 5 por ciento desde diciembre último e índices interanuales superiores a los tres dígitos desde febrero pasado.

“Partiendo de una inercia que se ha ido consolidando en pisos más altos, el proceso inflacionario sigue siendo inestable frente a la ausencia de anclas, la distorsión de precios relativos y la falta de confianza para coordinar expectativas en medio de la incertidumbre propia de la transición electoral”, apuntó la consultora Ecolatina en un informe.

Según Calveira, es “prácticamente imposible” arribar a un “sendero desinflacionario persistente sin programa, sin anclas, sin disminución de la financiación al Tesoro, y en un año electoral”.

Los más recientes pronósticos privados que recaba mensualmente el Banco Central apuntan a que la inflación será este año del 142,4%, desde un alza del 94,8% en 2022.

De cumplirse ese pronóstico, sería la tasa de inflación más alta registrada en Argentina desde la hiperinflación de 1989-1990, un fantasma que pesa, y mucho, en una Argentina que se apresta a celebrar elecciones primarias en agosto y comicios presidenciales en octubre.

Negociación intensa con FMI

El Fondo Monetario Internacional y las autoridades argentinas negocian “intensamente” para alcanzar un acuerdo sobre la quinta revisión del programa crediticio en medio de una situación “muy compleja y desafiante”, afirmó una portavoz del FMI en Washington.

En 2022 el FMI y el Gobierno argentino acordaron un programa crediticio en virtud del cual el país sudamericano recibe USD 44.000 millones a 30 meses a cambio de que el presidente argentino Alberto Fernández aumente sus reservas y reduzca el déficit fiscal, de 3% del Producto Interno Bruto en 2021 a 2,5% en 2022, 1,9% en 2023 y 0,9% en 2024. Se trata, según el FMI, de “salvaguardar la estabilidad mediante el aumento de la acumulación de reservas y la mejora de la sostenibilidad fiscal” mientras “se protege a los sectores más vulnerables”. AFP