Ayer, entre las más de 50 parejas que sellaron su vínculo amoroso, resaltó la presencia de una joven que con la pierna amputada se casó en la séptima boda colectiva que se realiza en el segundo departamento.
Carlos Aquino
SAN PEDRO
A Rocío Raquel Sánchez Martínez, de 28 años, nada ni nadie le iba a impedir asistir a su propio casamiento. Apoyada en dos muletas, debido a una pierna que perdió en un accidente de tránsito, ingresó junto a su concubino al Polideportivo de su pueblo, donde se celebró un emotivo casamiento comunitario.
Emocionada, Rocío llegó hasta el altar junto a su novio Jorge Vera, con quien vive en concubinato hace tres años.
Ella es oriunda de San Vicente Pancholo, distrito donde tuvo lugar la boda comunitaria. “Me accidenté y me amputaron la pierna, igual decidí casarme, más fuerte que nunca”, manifestó poco antes de la celebración litúrgica.
Entre la cincuentena de parejas que se casaron ayer, estaban algunas que llevaban casi cuatro décadas viviendo juntas sin poder dar el sí ante el altar de Dios.
Adelaida Bogado y Francisco Benítez viven hace 37 años, tienen seis hijos. Si bien son asiduos asistentes en la parroquia hasta ayer, no habían podido casarse. Cuentan que fueron sus hijos quienes le alentaron a formalizar su unión, aprovechando la ayuda que otorga la fundación.
Nos pareció oportuno e inmediatamente, nos preparamos para casarnos cuando en la parroquia nos dijeron que la Fundación Santa Librada iba a organizar una boda comunitaria”, afirmó Adelaida.
“Estamos muy felices por este paso tan importante que hoy estamos dando y agradecemos a la fundación”, añadió. UH