A raíz del elevado porcentaje de obesidad en niños, adolescentes y adultos, recomiendan cambiar hábitos alimentarios, entre ellos, reemplazar la empanada que se consume antes del tereré.
La Dra. Doris Royg, directora del Programa Nacional de Diabetes, aconsejó dejar de lado la empanada, el tereré rupa de la mayoría de los paraguayos, cambiándolo por frutos secos, como el maní.
“Es saludable y no consumo fritura, sino grasas buenas, magnesio, vitamina D y antioxidantes. Los frutos secos como el maní son sumamente saludables, tienen grasas buenas para nuestro organismo, las verduras verdes también. Hay que comenzar con cosas pequeñas, llevarlos en la cartera y comer como media mañana. La banana también es bastante accesible”, explicó la doctora en diálogo con la 650 am, instando a cambiar el hábito que está muy arraigado en la ciudadanía.
Beneficios del maní
El maní esta compuesto por proteína, fibra, polifenoles, antioxidantes, vitaminas y minerales que aportan grandes beneficios a la salud humana. Además tiene compuestos como resveratrol, asociado a la prevención del envejecimiento prematuro y promover la longevidad. Fitoesteroles los cuales bloquean la absorción de colesterol de la dieta. Acido fenólico, flavonoides y coenzima Q10 entre otros, compuestos bioactivos que han sido reconocidos por tener propiedades para prevenir enfermedades crónicas.
Su perfil bioquímico contiene un 50% de ácidos grasos monoinsaturados (MUFA´S) 33% paraformaldehido y 14% de ácidos grasos saturados lo que lo hace un perfil graso amigable y saludable. Que favorece una disminución del colesterol total sanguíneo y una disminución de colesterol LDL (malo), aumento de colesterol HDL (bueno). Inclusive algunas investigaciones comparan la dieta rica en maníes con una dieta rica en aceite de oliva ya que se ha demostrado que su consumo disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular.
En cuanto a que Paraguay es uno de los países con menor carga horaria física y deportiva de la región, la doctora sostuvo que existe una necesidad de implementar políticas públicas que ayuden a contrarrestar la situación actual, refiriendo que se deben planificar las competencias de los profesores de educación física y comenzar a priorizar a partir de los datos que se tienen en las escuelas y colegios, para combatir la obesidad, el sedentarismo y la mala alimentación.
Los datos que brindó son del 2011 correspondiente a la primera encuesta, que arroja que un 45 % de la población adulta y un 30% de adolescentes padecía obesidad. Acotó que en este momento se encuentra en elaboración la segunda encuesta de factores de riesgo cardiovasculares, donde se tendrán en cuenta los nuevos valores de prevalencia.
“Debemos enseñar hábitos saludables y de moverse a los niños para la prevención. La diabetes tipo 1 se presenta más en niños y adolescentes, ahí la obesidad no es el factor que la produce sino que tiene una relación directa con la diabetes tipo 2 que se presenta en adultos”, refirió. HOY