La economista Lea Giménez esgrimió que la pandemia de coronavirus dejará cicatrices significativas en Paraguay, pero que no por ello hay que tirar la toalla, en cambio sí hay seguir con varias medidas para amortiguar el impacto.
La economista y exministra de Hacienda, Lea Giménez, en su columna de opinión en la revista económica FOCO del diario La Nación, indicó que de acuerdo con la última revisión de las proyecciones del crecimiento del ingreso per cápita anual para el periodo 2020- 2024 del FMI, Paraguay se encuentra entre en los países que experimentaron una importante caída en las proyecciones de dicho indicador. Con un cambio porcentual anual en el ingreso per cápita para el periodo 2020-2024 entre -6% y -3%, el FMI estima que este grupo de países (incluido Paraguay) tendrán cicatrices significativas como secuela de la pandemia y una gran brecha negativa en lo que respecta a la mejora de sus niveles de calidad de vida.
Aun cuando Paraguay presenta datos alentadores en lo que respecta a alcanzar el objetivo de cobertura efectiva de 40% de inmunización a fines de 2021, los desafíos estructurales se han exacerbado, particularmente aquellos vinculados al capital humano, de acuerdo con la experta.
Por un lado, mencionó que Paraguay se encuentra en el grupo de países con peores resultados en términos de días escolares perdidos. En estos países, los niños han perdido más del 50% de sus clases (el porcentaje es mucho más alto en el caso de Paraguay) y esto, si no es abordado correctamente, tendrá un importante impacto negativo en sus futuras oportunidades laborales y bienestar. Así mismo, Paraguay también se encuentra entre los peores países en términos de su capacidad para administrar pruebas de Covid y proveer oxígeno y respuesta terapéutica para gestionar y mitigar los impactos de la pandemia.
“En otras palabras, a pesar de la ansiada y anticipada recuperación económica, Paraguay hoy se encuentra entre más de la mitad de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, cuyos ingresos per cápita habían estado convergiendo hacia los de las economías avanzadas durante la última década y se espera que diverjan en los próximos años. Aún más preocupante es que estas divergencias no son solo a nivel de países, sino que también existen divergencias preocupantes dentro de los países. Si consideramos que ya antes de la pandemia, Paraguay cerraba dos años de crecimiento con tendencia a la baja (ausencia de crecimiento en el 2019), lo que reflejaba un producto marginal del capital decreciente en los últimos años, es claro que la salida de esta coyuntura será desafiante. Asimismo, incluso antes de la pandemia, la desigualdad entre los países y, dentro de ellos, era una traba importante para alcanzar un desarrollo sostenible y con equidad, esto se ha exacerbado de manera importante”, comentó Giménez.
Argumentó que revertir esta divergencia en términos económicos y de bienestar, y retomar la senda de desarrollo que veníamos transitando requerirán de enorme capacidad, compromiso y tenacidad. “Más aún en un contexto de inflación al alza y altos niveles de déficit, crecimiento de la deuda, y desempleo. Es momento de ser cautos y de tomar decisiones acertadas”, acotó.
A su parecer es fundamental alcanzar la inmunidad de rebaño lo antes posible para volver a algo cercano a lo que considerábamos normal, y así, ayudar a reactivar la economía y evitar futuros cierres. Así también es central poner esfuerzo en estabilizar la inflación, ya que es claro que la inflación observada actualmente es resultado de factores exógenos y externos, fuera de nuestro control.
Las restricciones a la movilidad trastornaron las cadenas de suministros globales de productos y minimizaron la actividad en el sector de servicios, en muchos casos trasladando las demandas de los servicios a los bienes y poniendo presión sobre los precios de estos, según Lea. Adicionalmente, a medida que la economía mundial comenzó a recuperarse, por ejemplo, la gente a nivel global viaja más, se mueve más, retorna a su trabajo, a la escuela, etc., el suministro de gasolina no lo hizo en la misma medida. Actualmente, hay muchos desequilibrios de oferta y demanda relacionados con estas perturbaciones en las cadenas de suministro globales y en la movilidad.
“Aun cuando gran parte de la presión actual es transitoria, tiene una dinámica en constante evolución. El rol del Banco Central es clave en el anclaje de las expectativas de inflación de mediano plazo en un nivel congruente con precios estables. Una buena comunicación de la política monetaria al público de parte de las autoridades del Banco Central ayudaría a que las perturbaciones de oferta observadas tengan simplemente un efecto transitorio sobre la inflación”, destacó.
La economista subraya que a corto plazo es esencial seguir enfocando la política fiscal en brindar apoyo a los más vulnerables y garantizar los servicios de salud y educación. Es especialmente no recomendable retirar demasiado abruptamente los beneficios sociales que fueron otorgados a grupos vulnerables. “Debemos ser cautos de no poner presiones adicionales en las pequeñas empresas. Debemos ser particularmente cautos en no impactar negativamente a los trabajadores informales y del sector de servicios, a las mujeres, a los niños, y a las familias vulnerables, quienes sintieron toda la fuerza del golpe de la pandemia. Así también, dado el pronunciado crecimiento de la deuda en un solo año, y el importante déficit fiscal, se debe proteger la credibilidad de la política fiscal. Este año será el tercero en el cual el fisco invocará a la cláusula de escape de la Ley de Responsabilidad Fiscal para hacer frente a los gastos. Es hora de revisar la regla fiscal y fortalecerla. El FMI habla de tres propiedades claves para las reglas fiscales: sostenibilidad (objetivos fiscales realistas política y económicamente, que definan un techo de deuda), sencillez (una regla simple de entender para el público y para los mercados) y estabilización (una regla que permita gastar más en periodos recesivos y ahorrar en periodos de auge económico)”.
Según consideró, es importante revisar la regla, resolver sus debilidades que ya han sido debidamente documentadas en el pasado, y tener un plan claro y transparente de comunicación para explicar de manera periódica a los diferentes actores económicos y a los mercados cómo el fisco plantea restablecer la regla (¡la salud fiscal!). Esto debe incluir, como mínimo, además de una explicación de la nueva regla, una explicación de las implicancias de escapar la regla, el tiempo que tomará retomar la senda, los supuestos utilizados para el análisis, y los riesgos y potenciales escenarios que pueden presentarse.
Por último, pero no por ello menos importante (de hecho, es central), resaltó que no podemos olvidar que el Covid llegó para quedarse. “Debemos internalizar eso. Además, es claro que no será la última pandemia o crisis; de hecho, expertos ambientales coinciden en que la década de 2030 será significativamente peor que la de 2020. Hay una nueva normalidad y tenemos que adaptarnos y prepararnos. Además de mantener la salud macroeconómica, debemos retomar los esfuerzos enfocados en el crecimiento de ingresos reales de la población, no solo crecimiento del PIB, sino crecimiento del PIB per-cápita y de los ingresos reales de los trabajadores. Esto no conlleva simples incrementos salariales (¡nooo!), sino esfuerzos mancomunados para potenciar el talento humano de nuestro país. Educación, reskilling, y preparación para poder sacar ventaja de los potenciales beneficios que brinda la digitalización”.
Es importante dotar a la fuerza laboral, actual y futura, de capacidades y herramientas que les permita incorporarse exitosamente a la economía y al sector de trabajo formal, y, por ende, a empleos de calidad que garanticen la protección social. Es clave entender lo positivo que es para todos nosotros este círculo virtuoso: inversión en capital humano (salud y educación), mejores oportunidades, acceso a la economía formal y a empleos de calidad, acceso a la protección social, y fortalecimiento del sistema previsional del país como resultado de la formalización.
“Ya se escuchan nombres de candidatos para el 2023. Veámoslo como una oportunidad para ponerlos a prueba antes de que sean elegidos. Que nos cuenten de sus propuestas, sus ideas, no solo slogans que suenan bien, sino propuestas claras, que muestren la profundidad de sus planteamientos y de su compromiso con sacar adelante a nuestro país”, finalizó. HOY