Jengibre: estos son sus múltiples beneficios respaldados por la ciencia

Cuenta con propiedades antiinflamatorias que actúan en el caso de enfermedades crónicas.

La revista Metabolismo publicó un estudio en 2012 en el que demuestra que el jengibre es capaz de contribuir a la sensación de saciedad en el cuerpo. Igualmente, tiene propiedades que ayudan a desintoxicar el organismo y combatir la retención de líquidos debido a su efecto diurético.

Por otra parte, un estudio encontró que, en las personas con diabetes, el jengibre mejoraba el azúcar en sangre en ayunas. Por eso, estos y otros hallazgos prometen que dicha raíz puede tratar los problemas de salud causados por la diabetes crónica, según el portal especializado en salud Healthline.

Además, es una raíz que funciona como una alternativa para el tratamiento natural de la artritis, ya que cuenta con propiedades antiinflamatorias que actúan también en el caso de enfermedades crónicas, por lo que los pacientes con esta condición podrían sentir mejoría sumando el jengibre a su rutina diaria, según Mundo Deportivo, en su sección de salud y bienestar.

Propiedades del jengibre

En 2007, la Universidad de Arizona realizó estudios sobre las propiedades antiinflamatorias del jengibre: se observó que los gingeroles redujeron eficazmente la producción de químicos que contribuyen a la inflamación.

Por si fuera poco, también en la Universidad Johns Hopkins se demostró que los compuestos del jengibre permiten suprimir sustancias químicas inflamatorias.

En otro estudio, el Parker Institute de Dinamarca demostró que el jengibre podría actuar como el Ibuprofeno para aliviar los dolores en los huesos.

Té de jengibre para el dolor de cabeza

El té, infusión o agua de jengibre es la forma más apropiada para tratar los dolores de cabeza que aparecen con frecuencia durante el día a día.

Ingredientes

5 cucharadas o 50 gramos de jengibre en rallado o en polvo.

3 vasos de agua.

2 cucharadas de miel natural.

Jugo de medio limón.

Preparación

Lavar un trozo de raíz de jengibre y rallarla con un rallador para que quede en polvo.

Agregar en una olla los 3 vasos de agua y dejar que hierva hasta que el agua llegue a al punto de ebullición. Cuando suceda, añadir la raíz de jengibre rallada.

Luego, dejar que hierva a fuego lento durante dos minutos. Cuando pase ese tiempo, apagar el fuego.

Exprimir el medio limón y añadir a la olla con el jengibre.

Después, agregar dos cucharaditas de miel y removerlo todo para que se mezcle bien.

Una vez esté removida la mezcla, solo hay que esperar a que la infusión de jengibre se enfríe para poder tomarla.

Se recomienda, tomar entre 2 o 3 tazas al día.

Té de jengibre para la artritis

Una de las formas más simples de usar el jengibre para la artritis es ingiriendo una o dos tazas diarias de una infusión elaborada con esta raíz.

Para preparar esta bebida se debe pelar y cortar media raíz de jengibre en trozos de un dedo de grosor, añadirlos a dos tazas de agua y llevar a fuego, dejar hervir durante 10 minutos, después apagar el fuego y dejar reposar durante otros 10 minutos.

Se debe colar la infusión antes de beberla, y hacerlo preferiblemente sin ningún endulzante. Se recomienda beber una o dos tazas al día.

Otra opción es tomarlo con miel y canela. Lavar y desinfecta bien el jengibre. Después mezclar el agua con la miel, el jengibre y la canela. Se recomienda tomar una taza en la mañana y otra por la tarde.

Té de jengibre con limón

El limón contiene también fibra y otras vitaminas y minerales que, contribuyen a la limpieza de los vasos sanguíneos, impidiendo que el colesterol se “pegue” en las paredes de las arterias, según el portal Mejor con Salud.

Expertos de la Fundación Española de la Nutrición, señalan que el limón también es una fuente de vitamina C, ácidos orgánicos y flavonoides.

Ingredientes

1 limón.

1 vaso de agua (250 ml).

2 cucharadas de jengibre rallado (12 g).

Opcional: miel (1 cucharadita, 5 g), canela (en rama o en polvo).

Preparación

Pelar el jengibre y rallarlo.

Exprimir el limón y reservar el zumo un momento.

Llevar todo a la licuadora y añadir el vaso de agua.

Procesar hasta homogeneizar.

Servir y beber con moderación.

En caso de que se desee, añadirle miel con moderación.

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