El sistema financiero paraguayo es uno de los más sólidos, por la baja morosidad y la seguridad que garantiza, al ser muy exigente y rigurosos los bancos locales a la hora de realizar aperturas en cuenta corrientes a diferencia del vecino país, Brasil, por dar un ejemplo, donde es mucho más sencillo hacerlo.
Es lo que manifestó el economista brasileño y consultor de empresas, Wagner Enis Weber, con relación a las ventajas del sistema financiero tradicional local, que puede validarlo a través de su experiencia propia de asesorar a empresas e inversionistas brasileños desde el 2005, como la representación del Instituto Superior de Administração e Economia (ISAE) en convenio con la Fundación Getulio Vargas (FGV) de Curitiba, con funcionamiento hasta el 2009.
“En Paraguay los requisitos son más exigentes, más complicados porque los bancos cuidan muchos detalles para la apertura de cuentas así como para acceder a créditos. Una empresa no accede fácilmente a créditos sean medianos sin tener al menos un año de cuenta y algunos bancos incluso exigen un movimiento alto”, expresó.
Es así que se trata de un sistema financiero bastante burocrático, que se enfrenta además a otro segmento que son las cooperativas de crédito o financieras que nacieron como competencias, por lo que deben actuar como un sistema más confiable, según indicó.
Para el economista, los bancos paraguayos toman muchos recaudos respecto a empresas que puedan realizar triangulaciones, ejemplificando que en Ciudad del Este, ningún importador de electrónicos consigue abrir una cuenta para el rubro, pues no es aceptado por los bancos de frontera debido al contrabando de electrónica.
El guaraní, “el más estable”
Así también, Weber abordó el aspecto de la moneda paraguaya, el guaraní, como la más estable de Latinoamérica en los últimos 60 años incluso. Y solo para dimensionar esto, mencionó al peso chileno que está en segundo lugar, toda una referencia económica que cuando surgió en 1975, un peso compraba 15,50 guaraníes y hoy el cambio oficial peso chileno está 8,50 y en casas de cambio en 3 guaraníes.
“Creo que esto da idea de la estabilidad de la moneda paraguaya, y la que menos se devalúa en las crisis. Este es el resultado de un buen sistema financiero y de un Banco Central fuerte, responsable y principalmente de una política económica que se viene implementando desde 1960, siendo una estabilidad de décadas”, remarcó el consultor de empresas.
Con relación a lo que hacen estos dos aspectos al clima de negocios, calificó a Paraguay como el más “amigable en los negocios”, pues los inversionistas se sienten confortables por la posibilidad de libertad de expresión con fuerte apoyo de la iniciativa privada, siendo cada vez más ágil y profesionalizado una apertura de empresa.
En ese punto, destacó al Ministerio de Industria y Comercio (MIC), al igual que a la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET), como organismos que se encuentran abocados a facilitar las gestiones.
Capitalización a través del mercado de valores
Por otro lado, Weber se refirió al mercado de valores, que es en el que las grandes empresas pueden capitalizarse, por lo que él recomienda a las firmas a abrir una SA, de modo a que puedan incursionar el mercado bursátil una vez que logren la confianza y el respaldo para lograr mejores rendimientos.
Es así que la bolsa de valores es una alternativa muy buena para lograr una mejor rentabilidad, por lo que el mercado de valores viene creciendo a pasos agigantados en estos últimos años, con la incursión de grandes empresas de distintos rubros que se financian a largo plazo en la bolsa por ser ventajosa, según explicó.
“Es un gran error atacar la bolsa de valores porque es como llamar a todas estas firmas como empresas ‘mau’ como se dice en Paraguay por ser informal, y esto no es así. Es un absurdo, un disparate. Solo al ingresar a la página de la bolsa se puede ver la categoría de las que cotizan”, agregó el economista.
Por último, Weber resaltó que Paraguay se posiciona como país estable para las inversiones en Latinoamérica, por un clima de negocios muy auspicioso, lo cual es muy importante, logrado gracias a las políticas de libertad económica que los otros países no tuvieron en las últimas décadas, que es la de mucho trabajo y desarrollo, acotó el economista brasileño. LA NACION