Para la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, una de las mujeres más influyentes del mundo, Paraguay tiene un enorme potencial, pero señala que debe ser valiente para enfrentar los desafíos.
En su paso por Paraguay, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kritalina Georgieva conversó con Última Hora y dio su perspectiva sobre la economía paraguaya y los desafíos para los próximos años.
–¿Cuál es el motivo de su visita y cuáles son sus impresiones sobre Paraguay?
–En primer lugar, permítame agradecerle por la oportunidad de interactuar con sus lectores mientras estoy en Paraguay. Estoy encantada de estar aquí y de conocer las aspiraciones del pueblo paraguayo y descubrir cómo, desde el FMI, podemos colaborar aún más estrechamente con las autoridades paraguayas para hacer realidad esas aspiraciones.
Durante mi visita, mantuve excelentes conversaciones con el presidente Peña y su equipo económico, con mujeres líderes y con representantes del sector privado. Hablamos de diversos temas importantes, entre ellos los encomiables avances que Paraguay ha logrado desde principios de este siglo para estabilizar la economía y fomentar un crecimiento sólido. También hablamos de desafíos de larga data, como la necesidad de que el crecimiento sea más inclusivo, de forma que pueda contribuir a crear más empleos y elevar el nivel de vida de los hogares de bajos ingresos.
Tuve además la oportunidad de visitar la represa de Itaipú, que es un excelente ejemplo de cómo la infraestructura puede contribuir a impulsar el crecimiento económico. Hay que decir que Paraguay es uno de los pocos países que puede generar el 100% de su electricidad a partir de fuentes de energía renovables, y que incluso exporta los excedentes de producción a sus países vecinos. Deberían estar orgullosos de este logro.
Mi mensaje a Paraguay es de aliento y apoyo. El país tiene un enorme potencial y puede seguir creciendo y mejorando la vida de sus ciudadanos, pero necesita abordar con valentía los desafíos económicos que enfrenta.
Gabriela Martínez Palma
@gabypalmaa.
–¿Cuáles son las perspectivas económicas del FMI sobre Paraguay?
–Este es un momento muy importante en la historia de este país. La economía de Paraguay es una de las más fuertes de América del Sur. Durante muchos años, las autoridades aplicaron políticas que han dado lugar a un crecimiento económico vigoroso, una inflación baja, bajos niveles de deuda, exportaciones pujantes y un sistema bancario estable.
Tras la sequía de 2021-22, el país experimentó un fuerte crecimiento en 2023 y las perspectivas de cara al futuro son positivas. En nuestro pronóstico más reciente, publicado la semana pasada, proyectamos que la economía de Paraguay crecerá 3,8% este año y alrededor de 3,5% en el mediano plazo.
En los últimos meses, la inflación se ha estabilizado en torno a la meta de 4% fijada por el Banco Central del Paraguay, lo que ayuda a aliviar las presiones sobre los consumidores paraguayos. Esto se debe en parte a la respuesta más proactiva de Paraguay ante el aumento inicial de la inflación. Los bancos centrales de la región estuvieron adelantados en este aspecto en comparación con los de otras regiones del mundo.
Este es también un momento oportuno para continuar con las reformas: Implementar reformas a favor del crecimiento que fortalezcan la transparencia y combatan la corrupción, promover la movilización de ingresos para ayudar a subsanar los déficits de infraestructuras y cerrar las brechas de desarrollo, desplegar asistencia social para los más vulnerables, abordar la desigualdad, mejorar el clima de negocios y reforzar la resiliencia frente a los choques climáticos.
En las conversaciones que he mantenido esta semana con autoridades y líderes empresariales, analizamos formas de abordar estos desafíos mediante la implementación constante y eficaz de los planes de reforma de las autoridades. El FMI apoya estos planes con el Instrumento de Coordinación de Políticas (ICP) y con el Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (SRS), y seguiremos dando nuestro apoyo a Paraguay en todo lo que podamos.
–¿Cuál es el estado de las relaciones del FMI con Paraguay? ¿Qué es el Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad y qué significa para el país?
–Desde finales de 2022, Paraguay cuenta con un programa del FMI en el marco del Instrumento de Coordinación de Políticas (ICP). Este programa tiene como objetivo apoyar a los países miembros que no tienen una necesidad inmediata de financiamiento del FMI, pero que están interesados en trabajar estrechamente con el FMI para demostrar su compromiso con un programa de reformas. El ICP respalda la estrategia económica de Paraguay, cuyo objetivo es mantener la estabilidad macroeconómica, impulsar el crecimiento económico y promover la inclusión y el bienestar social. En otras palabras, el objetivo del ICP es ayudar a crear las condiciones que mejoren la vida de los paraguayos.
Al igual que muchos otros países de la región, Paraguay enfrenta la realidad de los choques climáticos. Las autoridades han respondido de manera proactiva, y hay que felicitarlas por la ampliación de la agenda verde del país.
Paraguay es también el primer país de América del Sur en participar en el Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad del FMI, que proporciona financiamiento asequible a largo plazo para ayudar a emprender reformas destinadas a reducir los riesgos que plantea el cambio climático. El programa de financiamiento de USD 400 millones respalda los planes del gobierno para aumentar la resiliencia de las inversiones públicas, desarrollar una taxonomía verde que movilice recursos financieros, contener los riesgos climáticos para el sector financiero, preservar y expandir la generación de electricidad limpia, proteger los bosques y mejorar la gestión de residuos.
–En su opinión, ¿cuál es la situación de Paraguay en la región y en el mundo?
–Paraguay se ha beneficiado de dos décadas de políticas económicas sólidas que le ha permitido sobrellevar choques cada vez más frecuentes e intensos, como la pandemia mundial y las recientes sequías. Esta transformación comenzó en el marco de un programa respaldado por el FMI tras la última crisis económica de 2002-03.
Y ahora Paraguay es una de las economías más estables de la región y está cerca de lograr una calificación crediticia de grado de inversión. (Ahora ya otorgado por Moody’s).
De cara al futuro, Paraguay también podría convertirse en un destino de inversión verde gracias a sus recursos naturales y su matriz de electricidad totalmente renovable
–Las restricciones comerciales están aumentando en todo el mundo, ¿qué opina sobre el proteccionismo?
–En efecto, el ritmo de las reformas comerciales se ha estancado desde principios de la década del 2000 y en los últimos años ha aumentado el número de restricciones comerciales.
Proyectamos que el crecimiento del comercio mundial se situará en 3,1% en 2024 y en 3,4% en 2025, por debajo de su promedio histórico de 4,9%. Solo el año pasado, los países impusieron alrededor de 3.000 medidas restrictivas del comercio, frente a aproximadamente 1.000 en 2019.
Esto significa que la fragmentación geoeconómica está aumentando. Nuestro análisis muestra que el comercio entre países de bloques distanciados políticamente se ha desacelerado más que el comercio dentro de esos bloques.
A medida que el comercio se desvía a través de países “conectores” no alineados, las cadenas de suministro se alargan, con posibles pérdidas de eficiencia y precios más altos para los consumidores.
En 2023, los países implementaron más de 2.600 medidas de política industrial en todo el mundo. De estas, nuestro análisis indica que más del 70% distorsionan el comercio y afectan a al menos una quinta parte del comercio mundial. Alrededor de la mitad de estas medidas corresponden a China, la Unión Europea y Estados Unidos.
En el FMI reconocemos estas tendencias. Somos claros y rotundos sobre la necesidad de diálogo para resolver las diferencias; alentamos a nuestros países miembros a sentarse a la mesa para hablar de sus preocupaciones y trabajar juntos para encontrar soluciones.
Kristalina Georgieva
Nació en Sofía, Bulgaria, en 1953. Tiene un doctorado en Ciencias Económicas y una maestría en Economía Política y Sociología de la Universidad de Economía Nacional y Mundial de Sofía.
Asumirá su segundo mandato de 5 años como directora gerente del FMI a partir del 1 de octubre.
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