El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este lunes un nuevo plan contra la deforestación ilegal en la Amazonía, una señal de avance en sus promesas medioambientales, días después de que su ministerio de Medio Ambiente fuera despojado de importantes atribuciones por el Congreso.
“Brasil, sobre todo gracias a la selva amazónica, es responsable en gran parte por el equilibrio climático del planeta (…), impedir la deforestación de la Amazonía también es ayudar a reducir el calentamiento global”, dijo Lula durante un acto en el palacio presidencial de Planalto por el Día Mundial del Medio Ambiente.
Se trata de un momento “simbólico”, una señal de que “el medioambiente volvió a ser prioridad, después de cuatro años de indiferencia y abandono”, añadió el líder izquierdista, acompañado de su ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, y otros miembros de su gabinete.
El plan lanzado este lunes es una versión actualizada de un programa creado originalmente en 2004, durante el primer gobierno de Lula (2003-2006), que había sido descontinuado por el exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).
El gobierno de Lula, que prometió hacer de la preservación de la Amazonía una prioridad de su mandato, embargará inmediatamente la mitad de las superficies taladas ilegalmente en espacios demarcados como unidades de conservación ambiental. Además creará, hasta 2027, tres millones de hectáreas más de esos espacios protegidos.
Entre otros de los cientos de objetivos del programa, también dará fuerza al monitoreo con la contratación de miles de analistas y promoverá la economía sostenible con un “Sello Amazonía”.
Lula inscribió el plan dentro de sus promesas de colocar a Brasil como ejemplo de sustentabilidad, de alcanzar las metas de reducción de emisiones de carbono y llevar a cero la deforestación ilegal para 2030.
Bajo la presidencia de Bolsonaro, la deforestación anual promedio en la Amazonía aumentó 75% en comparación con la década anterior.
En los primeros cuatro meses de año, la deforestación en Brasil se ha reducido en 40% respecto al mismo período del año pasado, según datos satelitales del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
Pero ambientalistas advierten que se debe esperar a los periodos de mayor deforestación, normalmente a partir de julio, antes de poder afirmar que existe una tendencia a la baja.
“No vamos a cambiar las prioridades” –
Desde que volvió al poder en enero, Lula reactivó políticas medioambientales, retomó la demarcación de territorios indígenas -considerados clave para la preservación- y obtuvo la promesa de Gran Bretaña de donar más de 100 millones de dólares para el Fondo Amazonía, creado en 2008 para preservar la selva y del que Noruega es el principal donante.
Pero la agenda ambiental del líder izquierdista quedó comprometida la semana pasada luego de una serie de derrotas propinadas por el Congreso, de tendencia conservadora.
Los diputados aprobaron cambios a la estructura del gobierno que quitaron de la cartera de Medio Ambiente el catastro de tierras rurales -fundamental para el seguimiento y combate a la deforestación ilegal-, y la gestión de los recursos hídricos.
En tanto, el Ministerio de los Pueblos Indígenas fue despojado de la responsabilidad de demarcar nuevas tierras indígenas. La demarcación autoriza a los pueblos originarios a ocupar sus tierras ancestrales y el uso exclusivo de sus recursos naturales, factor clave, según expertos, para la preservación.
Las derrotas, poco resistidas por Lula, fueron vistas como un mal menor aceptado por el Ejecutivo, para evitar que el Congreso revirtiera por completo la composición de los 37 ministerios determinada por el mandatario al asumir.
Marina Silva, emblema de la lucha ambientalista en Brasil y que ya fue ministra de Lula en sus dos primeros mandatos, volvió a calificar de “retroceso” la decisión del Congreso, pero aseguró que el gobierno mantendrá sus “prioridades”.
“La determinación del gobierno es que la política ambiental es estratégica y que a pesar de la incomprensión que tuvimos (en el Congreso) no vamos a cambiar esas prioridades”, dijo a periodistas luego del acto.
“El compromiso del presidente Lula es que el gobierno hará internamente todos los esfuerzos para que su implementación no se vea perjudicada”, añadió. HOY