Si bien se especuló con que las imágenes podrían ser falsas, se confirmó la existencia de informes entre los lugareños de la presencia de estos predadores en la ciudad.
Con el inicio de la bajada de las aguas en el estado de Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, tras dos semanas de inundaciones, han comenzado a parecer algunos peces en las calles de su capital, Porto Alegre, entre ellos pirañas.
Un morador local compartió recientemente en redes sociales un video en el que muestra el cadáver de este animal de agua dulce, específicamente el de una palometa brava (‘Serrasalmus maculatus’), sobre el asfalto húmedo mientras registraba el estado de la zona.
Si bien se especuló con que las imágenes podrían ser falsas, el cuerpo de Bomberos de Porto Alegre le confirmó al medio O Globo la existencia de informes entre los lugareños de la presencia de estos predadores en la ciudad. Asimismo, la semana pasada, el analista informático Victor Warth le aseguró al periódico Zero Hora que había encontrado uno de esos peces, “flotando, ya sin vida”, cerca de la entrada de una alcantarilla del barrio de la Auxiliadora.
Invitado no tan inesperado
Para los expertos no resulta sorpresiva la presencia de palometas en las calles inundadas de la ciudad, ya que se trata de una especie que habita las cuencas fluviales del estado desde hace al menos tres años, asegura Fernando Becker, profesor del Instituto de Biociencias de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul.
Aunque estas pirañas no son una especie natural de la zona, ya hacen parte del ecosistema local como resultado de la transposición y conexión entre las cuencas de los ríos Uruguay y Yacuí, que eventualmente se conectan con la cuenca del Guaíba, un lago que baña Porto Alegre y los municipios aledaños, siendo fundamental para el abastecimiento de agua en la región.
¿Peligrosas?
Según los pescadores locales, la presencia de estos animales carnívoros en los ríos de la región está dañando el ecosistema local y podría acabar provocando un desequilibrio ecológico al atacar a otros peces que en principio no son objetivo de depredación. Según Becker, a pesar de que pueden causar mordeduras accidentales, las palometas no suponen un riesgo mortal para los humanos.
“Puede pasar que muerdan a alguien, pero es algo ocasional, no es algo de qué preocuparse. Probablemente estarán muy dispersas, al tratarse de una zona inundada muy grande. La densidad de estos peces en la región debe ser muy baja”, señaló.
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