erianas, junto con preocupaciones sobre grasas saturadas, hacen que su inclusión en la dieta infantil deba ser cuidadosamente controlada.
El consumo de carne de cerdo en la alimentación infantil es un tema que merece especial atención. Diversos estudios científicos revelaron que su ingesta regular puede estar asociada a riesgos significativos, especialmente debido a la manipulación y cocción inadecuadas.
Al respecto, el Dr. Robert Núñez explicó que uno de los principales peligros del consumo de carne de cerdo es la exposición a infecciones parasitarias y bacterianas.
En ese orden citó el parásito Trichinella spiralis, que puede encontrarse en la carne cruda o mal cocida, causa la triquinosis. Esta enfermedad afecta los músculos y el sistema nervioso, generando síntomas como fiebre y dolor muscular, y en casos severos, puede desencadenar complicaciones cardíacas o neurológicas.
Según un estudio publicado en el Journal of Clinical Microbiology, aunque la incidencia de triquinosis disminuyó en varias regiones gracias a mejores prácticas sanitarias, sigue existiendo un riesgo considerable en áreas donde los estándares de seguridad alimentaria son laxos.
Además, el pediatra indicó que la carne de cerdo puede ser portadora de bacterias dañinas como Salmonella, Escherichia coli (E. coli) y Listeria monocytogenes.
Un informe de la European Food Safety Authority (EFSA) indicó que el 10% de las infecciones alimentarias en Europa están vinculadas al consumo de carne de cerdo mal cocida o contaminada. Esto representa un riesgo particular para los niños, cuyo sistema inmunológico es menos robusto que el de los adultos.
La cocción completa de la carne de cerdo es crucial para mitigar estos riesgos. Un estudio de la Journal of Food Protection enfatiza que las temperaturas por debajo de los 70°C no son suficientes para eliminar por completo las bacterias presentes. Esto resalta la necesidad de asegurarse de que la carne de cerdo esté bien cocida, especialmente en la alimentación infantil.
El especialista también habló que el manejo seguro de la carne de cerdo es igualmente importante. La carne cruda no debe dejarse a temperatura ambiente por más de una hora, especialmente en climas cálidos.
Según dijo, esto por que las bacterias peligrosas, como E. coli, pueden multiplicarse rápidamente en temperaturas entre 4°C y 60°C, conocidas como la “zona de peligro”. Si la carne de cerdo, ya sea cruda o cocida, permanece fuera del refrigerador más de una hora, puede volverse peligrosa para el consumo.
Otro factor que resaltó el médico es la contaminación cruzada, que es otro riesgo significativo. La carne de cerdo cruda puede contaminar otros alimentos si no se manipula correctamente.
Es fundamental que utensilios, superficies de corte y manos que hayan estado en contacto con carne de cerdo cruda se limpien y desinfecten antes de manipular otros alimentos.
“Para los niños, la exposición a estos patógenos puede resultar en problemas digestivos graves, como diarreas o infecciones estomacales, que pueden llevar a la deshidratación”.
A pesar de ser una buena fuente de proteínas, hierro y zinc, la carne de cerdo también es alta en grasas saturadas.
En ese contexto, el pediatra mencionó que un consumo excesivo de grasas saturadas durante la infancia puede contribuir a problemas de salud a largo plazo, como la obesidad y enfermedades cardíacas. Por ello, se recomienda limitar el consumo de carnes ricas en grasas saturadas y optar por alternativas más saludables, como pollo o pescado.
“En resumen, aunque la carne de cerdo puede formar parte de una dieta equilibrada, es vital tomar precauciones extremas con su manipulación, almacenamiento y cocción para evitar riesgos a la salud, especialmente en niños”, concluyó. HOY