El mandatario ruso ha participado en las celebraciones del aniversario de la batalla de Stalingrado en el conjunto conmemorativo de la colina de Mamáyev Kurgán.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha visitado la ciudad de Volgogrado, que celebra este viernes el 75.º aniversario del victorioso fin de la Batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial. Después de varias actividades conmemorativas, posó allí junto a una docena de jóvenes uniformadas al estilo del Ejército Rojo de la época.
Propiamente hablando, las mujeres lucían los abrigos, gorras de invierno y otras prendas de vestimenta de suboficiales de control de tráfico de la época conocida en Rusia como Gran Guerra Patria. Estas se alinearon al lado del jefe de Estado portando banderillas rojas, el accesorio clave de estas unidades militares.
La derrota de la Alemania nazi y sus ejércitos aliados, como el húngaro y el rumano, en Stalingrado y sus afueras fue un punto de no retorno en el devenir de la II Guerra Mundial. Aquella batalla “entró en la historia de la humanidad como la más brutal y sangrienta”, remarcó Putin en el lugar de las celebraciones, agregando que “en el mundo y en la historia de la humanidad nunca hubo una batalla como esta”.
La victoria de la Unión Soviética se celebra en Rusia y también en otros países como un hito clave en la liberación de Europa del nazismo. Esta se debió no solo a la resistencia heroica de las unidades en combate, sino en gran parte a una reorganización logística del Ejército Rojo y todo el sistema de defensa de la URSS entre 1942 y 1943.