El patriarca de la familia, Abraham Zapag, inculcó a sus hijos el valor del trabajo. Juan José inició su carrera cambiando cubiertas y limpiando parabrisas en la Esso. El conglomerado empresarial, cuyo buque insignia es Copetrol, emplea a 5.000 personas.
EMPRESAS FAMILIARES
A la hora de emprender y lanzar una empresa, se necesita capital inicial, así como la capacidad de administrarla y sobrellevar diferentes crisis u obstáculos para llegar a convertirse en organizaciones renombradas.
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Copetrol no se aleja de esto, porque desde 1973 viene remando desde abajo pese a las diferentes adversidades con las que se encontró. Una empresa familiar que cuenta actualmente con accionistas que apoyan la evolución del mismo dentro del entorno. Y ahora dan empleo a unas 5.000 personas directamente y unas 15.000 indirectamente.
HISTORIA
“Mi padre, el doctor Abraham Zapag, en el año 1973 funda Copetrol con un grupo de cooperativistas, dueños de estaciones de servicio. No eran muchos, pero fue creciendo como una cooperativa, para convertirse en una sociedad anónima. Copetrol evolucionó con las inversiones en el interior de la República, porque no tenía posibilidad de crecer en la capital por los altos costos de la propiedad”, fue lo que comentó Juan José Zapag, uno de los directivos en una entrevista al diario 5días.
Juan José, para explicar los cimientos de la empresa que conforma, tuvo que rememorar sus inicios antes de tener una vida empresarial y confesó que su padre los impulsó siempre al trabajo.
“Agradezco la oportunidad de haber trabajado desde muy joven con mi padre, yo sí empecé en una empresa particular, en una estación de servicio que no era Copetrol, era la de Esso de Azara y Brasil. Trabajé con el señor Fernández, un operador exitoso, amigo de mi papá, a los 14 años. Me inicie ahí, limpiando vidrios, cambiando cubiertas, trabajando en la playa, para que no sea el hijo de papá que trabajaba para él”.
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Así también explicó que pasó a la parte administrativa y así pudo aprender sobre una estación de servicio para sumarse a trabajar en Copetrol Km 2 y Bartolomé de las Casas una par de años. Y luego se trasladó a la sucursal de San Lorenzo en el Km 11 frente al campus de la UNA, ahí se mantuvo unos 10 años. Y hace 19 años se encuentra en la distribuidora.
Una de las filosofías de la familia Zapag es la de involucrar a sus familiares dentro de la empresa, y que sus inicios sean desde abajo, para que puedan absorber por completo el manejo del negocio con profundidad, para que el día de mañana pueda continuar el negocio familiar.
‘‘Diez de nuestros hijos trabajan en la parte de transporte, estaciones, planta, en diferentes rubros. Todos están trabajando, ellos buscan su destaque personal. Tienen la oportunidad de trabajar en la empresa, porque nosotros necesitamos de ellos, porque trabajamos para ellos y el país. Es una oportunidad que tienen servido en bandeja para lograr sobresalir’’, fueron las palabras de Juan José Zapag.
EMPRESA
Juan J. Zapag dijo que trabajaron hasta 1980, casi 6 años y medio sin bonificaciones, porque no llegaba al mínimo requerido por Repsa (actualmente Petropar).
“La empresa prácticamente trabajó con pérdidas por 6 años y medio por la política del Gobierno, que brindaba un mayor respaldo a las multinacionales y castigaba un poco a las nacionales”, añadió.
La exigencia era de 3.600.000 litros de combustibles para llegar a la bonificación, que de por sí ya tenían Esso y Shell, según contó Zapag. “Tardo 6 años y medio para la empresa, entre invertir punto a punto, estación por estación para llegar a ese volumen”.
Tiene una planta de combustible de las más importantes en el país, con casi 85.000 m³ en capacidad, certificada por el ISO, una de las plantas con mayores volúmenes a nivel nacional.
ÑARÓ
Para que Copetrol pudiera posicionarse en el mercado tuvo el apoyo de otra empresa que era Ñaró, un comercio de mucho volumen que contaba con varias representaciones en una época muy comercial. “De esta forma la empresa gasolinera pudo sobrellevar esos años complicados, gracias a Ñaró”.
“En Ñaró vendíamos bicicletas, como Caloi, Mónaco, Estrela. Se trabajaba mucho al por mayor, recuerdo que repartíamos en el mercado una barbaridad de triciclos y juguetes. Teníamos una venta muy buena en reyes y en las fiestas de fin de año”.
Uno de los negocios se encontraba en 25 de Mayo y Caballero, y el otro sobre Palma 694 c/ O’Leary.
“Toda la familia trabajaba, desde chofer para arriba. Fuimos creciendo y aprendiendo, una época fantástica donde mis tías también nos ayudaban”, contó Juan José.
Continuó diciendo que “dio una mano importante, hasta que Copetrol fue teniendo sus bonificaciones al término que Ñaró quedó chiquitito por la creación de los shoppings.
Ñaro está desde 1967 hasta hoy en día, desde hace 50 años. Y Copetrol tiene 43 años.
EMPRESARIO
Para Juan José ser empresario es más que dirigir y ordenar, es guiar y acompañar a todos los que trabajan con él.
‘‘Somos obreros más que empresarios, el dote de empresario no nos sirve mucho. Prefiero estar como soy, un obrero del día a día, dar una mano a las personas que le debemos y al público que nos elige’’. 5DIAS
EXPO YERBA MATE.
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