Por Prince Otto, Periodista. [email protected]
El comercio electrónico en Paraguay es una modalidad que está cobrando mayor fuerza en los últimos años. Ante esto, la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) viene tomando medidas que apuntan a mayores controles acorde a la evolución del sistema con el fin de evitar las distorsiones y la competencia desleal ante empresas locales.
Desde la Administración Aduanera aseguran que las disposiciones no buscan atentar contra el creciente modelo de negocios y desde el sector privado, piden que las determinaciones tengan una aplicación general.
Sobre estos temas conversamos en la Mesa de Negocios del Diario La Nación con el director de procedimientos aduaneros, Américo Pereira (AP); el gerente de asuntos corporativos de la procesadora de tarjetas Bancard SA, Gustavo Mora (GM), y con el presidente de la Cámara Paraguaya de Empresas de Remesa Expresa, Américo Benítez (AB). Coincidieron en que las personas en Paraguay está cambiando la costumbre de adquirir productos de forma convencional, volcándose ahora a adaptarse a la modalidad virtual de los nuevos tiempos.
–¿Cómo la Dirección Nacional de Aduanas fue adaptándose al crecimiento del comercio electrónico?
–AP: La DNA está en una etapa de conclusión. El proceso que se inició en el 2014, apuntó a poder registrar las importaciones de pequeñas partidas que se hacen a través de empresas que se conocen como courriers. Para la Aduana es un régimen aduanero denominado Régimen de Remesas Expresas que está previsto en el propio convenio de Kioto como un instituto aduanero, también recogido en la legislación del país del Código Aduanero, donde se establecen las condiciones mínimas y le faculta a la Aduana a reglamentar todo el proceso de gestión y control.
El régimen está habilitado para que las personas puedan hacer las importaciones de productos hasta un monto máximo de US$ 1.000. La propia empresa courrier, además de hacer el transporte de los productos que un paraguayo adquiere vía internet del exterior, puede declarar ante la Aduana pagando los impuestos por la persona que lo contrató, culminando con eso un proceso de gestión. La idea es que estas empresas entreguen los productos que transportan desde el exterior con el pago de los impuestos, es decir, entregue al ciudadano su mercadería con el comprobante de haber pagado sus impuestos.
–¿Cuáles fueron los alcances de las disposiciones?
–El proceso que generamos, sobre la base de la normativa, que fija un monto máximo de importación de US$ 1.000. determina también un monto no imponible, que es de hasta US$ 100. Eso está en el Código Aduanero y en el Acuerdo de Facilitación de Comercio al que recientemente Paraguay se adhirió entregando los documentos en Ginebra.
Lo que hicimos en Aduanas es generar un sistema donde la empresa courrier hace una declaración anticipada y en donde cada una de ellas declara todas las mercaderías que está trayendo en una línea aérea, denominado Transmisión Electrónica de Remesa Expresa (TERE). Con esto, ya nos adelantan la información con la obligación de que esa información sea anticipada con 4 horas antes del arribo del medio de transporte al sistema informático de la Aduana, cuando se tratan de vuelos de largo alcance y de 2 horas, cuando se trata de vuelos regionales.
Eso nos sirve para que podamos hacer un análisis de riesgo sobre ese tipo de productos y en función a eso era necesario generar un cúmulo de informaciones que no lo teníamos antes del 2014. Entonces se sistematizaron las informaciones exigiendo el suministro de esas informaciones anticipadamente, para luego procesarlas y generar los análisis de riesgo estableciendo canales de selectividad porque son importaciones muy masivas.
“Pedimos que las reglas aplicadas sean claras porque de lo contrario será muy complicado y sólo generará la contracción del sector” Américo Benítez.
“Las medidas que la Aduana ha adoptado no han generado ningún proceso adverso o negativo a lo que es el crecimiento del comercio electrónico” Gustavo Mora.
“En el 2015, era de aproximadamente G. 8.000 millones de impuestos que se habían percibido” Américo Pereira.
–Desde el sector privado ¿ven algún impacto generado por las mencionadas medidas?
–AB: Si esto se llegara a aplicar en la generalidad de los casos podría traer una contracción en el sector. Hablo en la generalidad de los casos, si es que Aduanas realmente no pone las reglas claras para todos los jugadores del sector.
En realidad sabemos que existen jugadores que están haciendo por derecha y otros por izquierda las cosas. Por esta razón, pedimos que las reglas aplicadas sean claras porque de lo contrario será muy complicado y sólo generará la contracción del sector.
–GM: Mirando las tendencias de los números, no se percibe ningún tipo de retracción en el comercio electrónico. Las medidas que la Aduana ha adoptado no han generado ningún proceso adverso o negativo a lo que es el crecimiento del comercio electrónico. Estamos llegando hoy día a niveles de crecimiento del 40% en términos de compras en el exterior y para mi sorpresa, a niveles de crecimiento entre el 68% y 70% de compras de internet realizadas localmente.
–¿Las acciones se enmarcan dentro de lo esperado?
–GM: Se están generando los procesos adecuados de control y que de alguna manera, eso genera la base para un crecimiento que se viene. Las medidas que se van adoptando, veo que apuntan a transparentar cada vez más los procesos. Si bien cierto que los controles que hace la Dirección Nacional de Aduanas pueden incomodar a algunas personas, pero en definitiva es un control sobre ellos mismos porque las operaciones están registradas y ellos no pueden esconder esos números.
Ante el nulo impacto, significa que desde la DNA han buscado procedimientos de control que no impliquen un palo a la rueda en el proceso. Más bien, se trató de entender cómo funciona el negocio y establecer los controles de la manera adecuada sin generar inconvenientes.
–AB: En principio hubo mucha resistencia con la aplicación de las nuevas exigencias como la presentación del comprobante en la plataforma de las empresas remesadoras. En forma particular realizamos campañas de capacitación en redes sociales, página web, lo tratamos de hacer amigable. El paraguayo en sí tiene miedo de declarar sus cosas a un ente público, que no es muy complicado, por lo que creo que de a poco van generándose más frentes de información que ayudan a la Aduana. No es fácil pero es un proceso que se va realizando.
–¿La administración aduanera ya reporta importantes resultados en el marco de estas medidas?
–Nuestras registraciones son estupendas. Porque hasta el 2014 el Estado no tenía registros de estas importaciones de pequeñas partidas. La Aduana tampoco porque no generó antes ningún sistema para controlar este tipo de importaciones y hay que reconocer que hubo un incremento muy importante del comercio electrónico en los últimos años. No digo que sea desde el 2014, creo que viene teniendo una dinámica en crecimiento desde hace 10 año atrás.
En la propia modalidad de despachos que tenemos, lo último que hemos registrado en el 2015, era de aproximadamente G. 8.000 millones de impuestos que se habían percibido.
–¿Cuál es el desafío que resta dentro de todo este proceso?
–GM: El desafío para la Dirección Nacional de Aduanas es que siga estableciendo medidas sencillas, fáciles de implementar, que no generen ningún tipo de contratiempo dentro del proceso de negocio del e-commerce. Y que cada uno termine pagando lo que corresponde.
–AP: No buscamos generarle un perjuicio al sistema de negocios porque está instalado en el mundo y cada vez más tendrá un mayor auge en el país.
No buscamos destruir ni dañar porque lo más fácil para la Aduana hubiera sido decir vamos a ir por lo más fácil “prohibir o limitar” como se hace en varios países.
–AB: Desde el sector tenemos las intenciones de colaborar en el proceso de control y transparencia empujado por la Administración Aduanera. Sabemos que existen baldosas blancas y negras y creo que hay una intención importante del sector de formalizar todo esto.
LA NACION
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