El ahorro no es precisamente una cuestión de solvencia, sino de hábitos, y éstos están directamente relacionados con la manera como obtenemos gratificación física o emocional.
“Cuando tomamos consciencia de que el ahorro en realidad es una deuda que tenemos con nuestro ‘‘yo del futuro’’ podemos verlo como una fuente de satisfacción para el mañana.
Esto nos ayuda asumir un compromiso con nosotros mismos, a tomar decisiones y actuar de manera diferente para obtener resultados diferentes”, inició así la experta en finanzas personales Adriana Bock de la Organización de Educación Financiera Superarte en conversación con 5días.
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¿CUÁNTO DEBEMOS AHORRAR?
Siempre uno se pregunta qué parte su salario debe ahorrar. En cuanto a los porcentajes, es clásico hablar de un 10% mínimo, pero este porcentaje puede ser menor o mayor dependiendo de distintos factores como la edad (sobre todo si se trata del ahorro para la jubilación), la meta para la cual se está ahorrando, la capacidad actual de ahorro de la persona o familia, la cual puede estar condicionada no solo por el ingreso, sino sobre todo por los egresos, entre ellos las deudas.
PARA EL JOVENPUBLICIDADE
Para los jóvenes de 20 a 35 años de edad, Adriana recomienda que primeramente deben tener un plan para el corto, mediano y largo plazo, en el cual estén trazadas metas claras. “Para cada meta es necesario cuantificar tanto los recursos que se necesitarán como el tiempo que se está dispuesto a esperar para lograrla, de forma tal a poder establecer el monto anual o mensual a ahorrar”, explicó la experta.
Por ejemplo, añade Adriana, si la meta es reunir G. 10 millones en 2 años para realizar una inversión, la técnica consiste en dividir esa cantidad entre 24 para determinar el monto mensual a ahorrar, en este caso, G. 416 mil aproximadamente. “Este monto puede representar un porcentaje diferente dependiendo del ingreso de la persona, pero nótese que el cálculo resulta de la meta y del tiempo. Así mismo, si la persona no tiene la capacidad de ahorrar ese monto, probablemente deberá ajustar sus gastos o incluso extender el plazo, pero no renunciar a su meta”, reglamentó.
PARA EL ADULTO
Según Adriana, los pasos para esta edad son básicamente los mismos, aunque los desafíos en este rango de edad son considerablemente mayores. A esta altura de sus vidas muchas personas ya han asumido el compromiso de mantener una familia e incluso han contraído deudas importantes para la adquisición de bienes de alto precio, como vehículos o casas. “Si bien los ingresos probablemente hayan crecido con relación al inicio de su vida laboral, este es el momento de consolidar el patrimonio con miras a disfrutar de una jubilación tranquila. Por lo tanto, el desafío de ahorrar como mínimo el 10% de los ingresos y, sobre todo, de dar rendimiento a estos ahorros a través de la inversión, se convierte en un imperativo”, expuso.
PARA LA TERCERA EDAD
Al llegar a esta edad, si no se ha comenzado antes a ahorrar y se desea empezar a hacerlo, el esfuerzo requerido es mucho mayor que en la juventud. “Una de las razones es que el hábito nunca logró instalarse, y esto probablemente haya ido acompañado por falta de planificación de los gastos y/o exceso de deudas, lo cual limita considerablemente la capacidad de ahorro en cualquier etapa de la vida”, objetó. Pero aun existiendo capacidad de ahorro, la inminente jubilación obliga a ahorrar porcentajes mayores, incluso hasta el 50% del ingreso. 5DIAS
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