El BCP espera cerrar el año con una inflación de 4%, pese a las presiones del tipo de cambio y de los alimentos. Experto da su lectura sobre las expectativas de mercado para el cierre del año y advierte señales de alarma a considerar para el 2025.
El escenario de inflación previsto por el Banco Central del Paraguay (BCP) para el país se ha consolidado bajo la mirada del mercado, considerando los resultados de la última encuesta sobre expectativas de variables económicas (EVE), señaló el economista Wildo González.
El experto apuntó que los precios vienen evolucionando dentro del rango meta oficial y que los riesgos de estacionalidad de los componentes volátiles de la inflación, que tienden a mostrar variaciones significativas a fin de año, existen y pueden ejercer cierta presión en el último tramo del 2024, pero no deberían ser un motivo de preocupación, manifestó.
Sin embargo, González señala que hay indicadores (en referencia a la denominada inflación SAE, que es la que excluye componentes de la canasta como alimentos, combustibles y las tarifas) que reflejan la presión de factores de oferta y demanda agregada.
La situación ha provocado que, implícitamente, las firmas no puedan contener los aumentos de precios, probablemente por una compresión de márgenes (considerando los problemas de transporte y la sequía del río), por lo cual González advirtió que esto eventualmente puede ir influyendo en los resultados del año que viene.
“Será crucial observar la trayectoria esperada de la inflación en el primer y segundo trimestre de 2025, donde en un escenario neutral la inflación SAE debería tener una dinámica de 0,3% mensual o menos”, consideró.
Tendencia en lo que va del año
Con el resultado de inflación de 0% de octubre, la variación del índice de precios al consumidor (IPC) acumulada en lo que va de año se situó en el 2,9%, por debajo del 3% observado en el mismo período de 2023. A su vez, la inflación interanual se ubicó en el 3,6%, una tasa menor al 4,1% verificado en septiembre.
La “inflación cero” del mes pasado se concretó pese al aumento de los precios de bienes durables importados (relacionados con la fuerte suba del dólar en el 2024) y de varios servicios, que se vieron equilibrados por disminuciones en los alimentos y combustibles, de acuerdo a las explicaciones de los técnicos de la banca matriz.
Puntualmente, en la canasta de los importados subieron los automóviles, electrodomésticos, teléfonos móviles, equipos audiovisuales y equipos informáticos; otros incrementos se registraron en prendas de vestir y calzados debido al cambio de temporada y en artículos de limpieza para el hogar y materiales para la reparación de viviendas, detalla el BCP.
UH