La convulsión febril es un evento relativamente común en la infancia, que se presenta como una convulsión ocasionada por fiebre en niños de entre 6 meses y 5 años. Aunque puede ser alarmante para los padres, la mayoría de las convulsiones febriles son benignas y no suelen causar daños a largo plazo, según explicó el Dr. Robert Núñez.
Una convulsión febril es una actividad eléctrica anormal en el cerebro que se produce en respuesta a un aumento de la temperatura corporal. Estas convulsiones pueden ser generales, afectando ambos lados del cuerpo, o focales, afectando solo una parte. Generalmente, ocurren durante el inicio de la fiebre, aunque pueden presentarse hasta 24 horas después del inicio de la misma.
Las convulsiones febriles suelen afectar a niños entre los 6 meses y los 5 años de edad, siendo más comunes entre los 12 y 18 meses. Se estima que entre el 2% y el 5% de los niños en esta franja de edad experimentarán al menos una convulsión febril.
Síntomas de una convulsión febril pueden incluir:
-Pérdida del conocimiento
-Movimientos involuntarios y espasmos
-Rigidez corporal
-Dificultad para respirar
-Coloración azulada en la piel (cianosis)
En general, las convulsiones febriles no causan daño cerebral ni son indicativas de epilepsia en la mayoría de los casos. Sin embargo, es importante monitorear al niño y buscar atención médica para descartar cualquier otra condición subyacente.
“Las convulsiones febriles no causan daño cerebral, discapacidad intelectual ni incrementan el riesgo de epilepsia, pero si un niño ya tuvo una convulsión febril, es probable que vuelva a presentarla cuando tenga fiebre en el futuro”, explicó el profesional.
¿Qué hacer en caso de convulsión febril?
-Mantener la calma, intentar no entrar en pánico.
-Colocar al niño en un lugar seguro y aleja objetos peligrosos, además de ponerlo de lado para evitar que se atragante.
-No retener al niño, ni intentar agarrarlo, ni abrir su boca.
-Llamar a un médico, buscar atención médica si la convulsión dura más de 5 minutos o si el niño no recupera el conocimiento después de la convulsión.
¿Cuándo debemos preocuparnos?
-Si la convulsión ocurre sin fiebre.
-Si el niño tiene menos de 6 meses o más de 5 años.
-Si hay rigidez en el cuello o vómitos frecuentes
Prevención de Convulsiones Febriles
Aunque no se pueden prevenir todas las convulsiones febriles, aquí hay algunas medidas que pueden ayudar:
-Controlar la fiebre.
-Mantener la hidratación asegurándose de que el niño beba suficiente agua.
-Consultar al médico, si el niño tiene convulsiones febriles recurrentes, hablar con el pediatra sobre un plan de manejo.
“Aunque ver a un hijo convulsionar es una experiencia angustiante, es importante recordar que las convulsiones febriles no dejan secuelas. Sin embargo, siempre es recomendable consultar al pediatra para identificar la causa de la fiebre y tratarla de manera adecuada”, concluyó el pediatra.
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