Asunción, Agencia IP.- El historiador y académico Claudio Velázquez nos brinda un análisis profundo sobre el contexto, la estrategia y las figuras clave que definieron la Batalla de Boquerón, el primer gran enfrentamiento de la Guerra del Chaco, un conflicto que marcó el destino de Paraguay y Bolivia entre 1932 y 1935.
1. El contexto previo al enfrentamiento
Velázquez explica que la Batalla de Boquerón fue consecuencia directa de las tensiones crecientes entre Paraguay y Bolivia en la disputa por el Chaco Boreal. «En junio de 1932, tras la recuperación del Fortín Carlos Antonio López por las tropas paraguayas, Bolivia respondió ocupando tres fortines paraguayos: Corrales, Toledo y Boquerón», detalla Velázquez. La retoma de estos fortines se convirtió en una prioridad estratégica para el Paraguay, especialmente Boquerón, cuya ubicación y acceso al agua lo hacían esencial para el control del Chaco.
2. La importancia estratégica de Boquerón
La toma del fortín Boquerón no solo tenía valor simbólico, sino también estratégico. «Boquerón no solo era un enclave defensivo, sino que controlaba el acceso a recursos vitales como el agua», resalta Velázquez. Con la toma de Boquerón, Paraguay aseguraba una base desde la cual avanzar en el conflicto, marcando el inicio de una campaña victoriosa que se extendería hasta diciembre de 1932.
«Si Paraguay no lograba retomar este fortín, el golpe moral y logístico habría sido devastador».
– Claudio Velázquez, historiador.
3. Momentos clave en el desenlace
La batalla, que duró 20 días, estuvo marcada por momentos decisivos. Según Velázquez, uno de los momentos cruciales fue cuando las fuerzas paraguayas lograron cercar el fortín, bloqueando la entrada de refuerzos bolivianos desde los caminos Ramírez y Yucra. «El 29 de septiembre fue el día clave», afirma Velázquez. «Si Boquerón no era retomado en esos días, la falta de agua habría resultado en una catástrofe para las tropas paraguayas».
4. Liderazgo paraguayo en el campo de batalla
Las figuras militares paraguayas desempeñaron un papel fundamental en la victoria. «José Félix Estigarribia fue la mente estratégica detrás del asedio de Boquerón. A pesar de sus errores iniciales, supo corregir el curso de la batalla, cerrando completamente el cerco sobre el fortín», comenta Velázquez. También destaca la labor de Carlos Fernández, jefe de la Primera División Paraguaya, y Rafael Franco, quien fue reincorporado al ejército para encargarse del suministro de agua, un recurso esencial en la batalla.
5. El impacto de la victoria en el curso de la Guerra
La victoria en Boquerón fue un punto de inflexión en la Guerra del Chaco. «La moral del ejército paraguayo se elevó considerablemente tras esta victoria, lo que permitió una serie de avances hasta el final del año», señala Velázquez. La derrota de las fuerzas bolivianas en Boquerón puso en evidencia la superioridad táctica paraguaya en los primeros meses del conflicto.
6. La reacción de la población paraguaya
La noticia de la victoria en Boquerón fue recibida con gran algarabía por la población paraguaya. «Hubo celebraciones en todo el país. La victoria fue vista como un símbolo de la resistencia y el valor del pueblo paraguayo», comenta Velázquez. Este triunfo fortaleció la unión nacional y el compromiso con la causa de la guerra.
7. Anécdotas memorables de la batalla
Una de las anécdotas más conmovedoras que comparte Velázquez es la del oficial ruso Basilio Serebriakoff, quien servía en el ejército paraguayo. «El 28 de septiembre, tras ser reprendido por no mostrar suficiente ímpetu en sus ataques, Cerebriakov lanzó uno de los asaltos más feroces de la batalla, pero fue herido de muerte. Antes de morir, pidió disculpas por no haber cumplido su misión y dijo: ‘Hoy es un buen día para morir’», relata Velázquez.
8. La dura realidad para los soldados
Velázquez también destaca las difíciles condiciones en las que se desarrolló el asedio. «La falta de agua fue el principal desafío para los soldados paraguayos. Muchos sufrieron los estragos de la sed, al punto de producirse heridas a sí mismos para ser enviados al hospital y poder acceder al preciado líquido», explica. Estas condiciones extremas forjaron el carácter de los combatientes, quienes aprendieron a sobrevivir en uno de los entornos más hostiles del conflicto.
9. ¿Rendición o Capitulación?
La rendición boliviana en Boquerón ha sido objeto de debate entre historiadores. Algunos argumentan que lo que realmente se solicitaba era una capitulación, no una rendición. «Sin embargo, las pruebas son claras», afirma Velázquez. «El comandante boliviano Marzana salió del fortín con todas sus pertenencias, lo cual es indicativo de una rendición y no de una capitulación».
La Batalla de Boquerón, más allá de su importancia táctica, simboliza el coraje y la determinación del pueblo paraguayo. Las lecciones aprendidas en esta batalla marcaron el curso de la Guerra del Chaco, consolidando el papel de Paraguay como una nación capaz de resistir y prevalecer frente a adversidades monumentales.