La rotación de cultivos es una práctica esencial para mantener la fertilidad del suelo y evitar el agotamiento de nutrientes. Aquí te explicamos cómo funciona:
Alternancia de Cultivos: Se siembran diferentes cultivos en el mismo terreno en distintas temporadas o años, evitando plantar el mismo tipo de planta continuamente.
Mejora del Suelo: Al variar los cultivos, se reponen nutrientes de manera natural y se evita la erosión.
Control de Plagas: Rompe el ciclo de plagas y enfermedades que afectan a cultivos específicos.
Mayor Rendimiento: Mejora la productividad del terreno a largo plazo.
Ejemplo de Rotación:
Año 1: Maíz (gran consumidor de nitrógeno).
Año 2: Frijoles (fijan nitrógeno en el suelo).
Año 3: Trigo (aprovecha el nitrógeno residual).
Año 4: Cultivos de cobertura (protegen y enriquecen el suelo).
La rotación de cultivos es una técnica sencilla y eficaz para asegurar una agricultura más sostenible y productiva.