El presidente del BID resaltó el potencial de Paraguay, pero también hizo énfasis en desafíos. Señaló que el país tiene los recursos para proporcionar energía limpia para su propio crecimiento y el de la región.
.Eduardo Villalba
Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), comparte su visión sobre la economía regional y, particularmente, la paraguaya en entrevista exclusiva con Última Hora, a poco de concretar su representativa visita al país junto con Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
–¿Cuál es su visión sobre la coyuntura económica que se vive en la región?
–Mi visión para América Latina y el Caribe es que estamos posiblemente ante un punto de inflexión. Hemos observado un cambio en la dinámica del crecimiento en la región. La región creció más de lo esperado recientemente y las economías más grandes, como Brasil y México, están creciendo más rápido y parecen beneficiarse de las nuevas tendencias, desde el aumento de la inversión en energía verde hasta el realineamiento de las cadenas de suministro globales. Además, como región hemos aprendido las lecciones de crisis anteriores. Hoy, con algunas excepciones notables, las economías de la región son estables. Sin embargo, nuestra región sigue siendo una de las más desiguales del mundo y hoy en día, más de una cuarta parte de la población todavía vive en la pobreza. La región sigue enfrentando lo que yo llamo de triple desafío: crecientes demandas sociales, restricciones fiscales y bajo crecimiento de la productividad, lo que dificulta generar los recursos necesarios para satisfacer las demandas sociales. La región también enfrenta los impactos cada vez más frecuentes y costosos del cambio climático, así como el crimen y la violencia.
–¿Hay oportunidades para la región y para Paraguay en el contexto internacional?
–La región vive una oportunidad única. Durante décadas, la región ha sido vista a través del lente de sus necesidades, pero hoy el mundo también necesita a la región. Esto se debe a su potencial para ser parte de la solución a desafíos globales compartidos. Claramente el Paraguay tiene mucho que aportar en este contexto. Es un país con un potencial agrícola fuerte y reconocido mundialmente, tiene los recursos para proporcionar energía limpia para su propio crecimiento y el de la región, y varios biomas que pueden contribuir a la mitigación del cambio climático. Y cuenta con un gran potencial con su gente en otras áreas, como la manufactura del sector privado y el desarrollo de servicios digitales.
–¿Cuál es la evaluación del BID sobre el desempeño económico de Paraguay en los últimos años?
–Paraguay es una de las economías de América Latina y el Caribe que más han crecido durante las últimas décadas. En 2002, el país tenía una relación deuda/PIB del 60%, una tasa de pobreza del 50%, una inflación de dos dígitos y una tasa de depreciación anual del 30%. Hoy, la situación del país ha mejorado significativamente, con una relación deuda/PIB del 38,9%, una moneda relativamente estable y una tasa de inflación del 4,3%. Los indicadores sociales también han mejorado en muchos ámbitos; la pobreza se redujo a la mitad desde el inicio del siglo, cayendo al 22% en el 2023, y la clase media creció del 28,8% de la población en 2009 a 43,8% 10 años más tarde. La desigualdad también disminuyó. Esto se debe en parte a un manejo robusto de la política macroeconómica del país y una serie de reformas y políticas conducentes a un mayor crecimiento y reducción de la pobreza. A futuro es importante seguir manteniendo la robustez macroeconómica y profundizar los logros sociales para sostener el crecimiento.
–¿Cuáles son las estrategias más efectivas identificadas por el BID para abordar las desigualdades?
–Estamos profundamente comprometidos con la reducción de la pobreza en la región. Consideramos que una estrategia de tres pilares es esencial para nuestros esfuerzos y los esfuerzos de los gobiernos nacionales, el sector privado y los socios para el desarrollo. El primer pilar es el crecimiento económico: sin crecimiento económico y un sector privado robusto que crea empleos no puede haber una reducción sostenida de la pobreza. El segundo pilar implica brindar oportunidades de participación económica y mejores niveles de vida para los que menos tienen. La forma más significativa en que el crecimiento se traduce en reducciones de la pobreza es a través de la obtención de empleo y las inversiones en capital humano; en particular programas de educación, salud y primera infancia. El tercer pilar implica la redistribución de recursos para proteger a los más vulnerables. Los programas de protección social pueden garantizar que incluso los más vulnerables (incluidos aquellos que tal vez no puedan trabajar debido a su edad o discapacidad) no tengan que sufrir hambre o pobreza extrema.
–¿Y hay acciones que se aplican o pueden aplicar en el caso de Paraguay? ¿En qué áreas se pueden aplicar?
–La educación es una de las áreas que registran las brechas más pronunciadas en Paraguay, lo que perpetua desigualdades socioeconómicas. En este contexto, el BID viene brindando apoyo técnico y financiero a la educación escolar en Paraguay, fomentando la consolidación de oportunidades educativas de calidad en áreas vulnerables. Es clave explorar nuevas estrategias que mejoren los resultados educativos y aseguren que todos los niños y jóvenes paraguayos alcancen los aprendizajes fundacionales que les permitirán seguir aprendiendo y eventualmente lograr un empleo de calidad. Otra de las áreas sociales donde hay espacio para mayores avances es la salud pública. Es necesario seguir ampliando el acceso a la salud, como hemos venido haciendo a través de la construcción de las unidades de salud familiar, mejorar la calidad y la eficiencia de los servicios de salud. Recientemente acordamos con el Gobierno el proyecto para la construcción del Hospital de San Estanislao, clave para el Departamento de San Pedro y comunidades aledañas. Es importante incrementar el financiamiento y expansión de los llamados Servicios de Intervención Temprana (SIT) para la detección, tratamiento y prevención de desviaciones en el desarrollo de los niños menores de 5 años.
–¿Cómo evalúa el BID el tema ambiental, especialmente para un país como Paraguay, y cómo esa visión se refleja en proyectos?
–Desde el Grupo BID, estamos muy comprometidos en acompañar la agenda verde de Paraguay. Como lo mencioné anteriormente, el abordaje del cambio climático es una de nuestras tres prioridades dentro de nuestra nueva estrategia del Grupo BID, en sintonía con la reducción de la pobreza y la desigualdad, y el fortalecimiento del crecimiento sostenible. Paraguay tiene un enorme potencial para el crecimiento verde debido a sus importantes fuentes de energía hidroeléctrica. Itaipú, reconocida mundialmente como una gran productora de energía limpia y renovable, lo que permite al país producir sosteniblemente el 100% de sus necesidades eléctricas y exportar sus excedentes. Mas allá, el Gobierno tiene la ambición de convertir al país en un ejemplo de crecimiento económico sostenible, fuerte y verde.
Paraguay tiene mucho que aportar (…) Es un país con un potencial agrícola fuerte y reconocido mundialmente, tiene los recursos para proporcionar energía limpia.
La educación es una de las áreas que registran las brechas más pronunciadas en Paraguay, lo que perpetúa desigualdades socioeconómicas. El BID brinda apoyo a la educación.
Perfil Ilan Goldfajn fue electo presidente del BID el 20 de noviembre de 2022. En su momento, fue director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional y gobernador del Banco Central de Brasil (BCB). Posee una amplia carrera académica. Ha impartido clases de economía en universidades de Brasil y EEUU.
UH