A través de los años la salud renal se vuelve aún más crucial para nuestro bienestar general. Los riñones desempeñan un papel vital en la eliminación de toxinas y desechos del cuerpo, regulando el equilibrio de líquidos y electrolitos, y manteniendo la presión arterial en niveles saludables.
Uno de los aspectos fundamentales para garantizar el buen funcionamiento de los riñones, especialmente en la vejez, es mantener un adecuado nivel de hidratación.
La doctora María del Rosario Marín Vysokolan, especialista en Geriatría y Gerontología de IPS Ingavi, explica la importancia del cuidado de los riñones, uno de los órganos vitales que desempeñan un papel crucial en la filtración de desechos y la regulación de líquidos en nuestro cuerpo.
La profesional mencionó que es fundamental prestar atención a la salud a medida que envejecemos, pues el paso de los años afecta la salud renal y hay medidas podemos tomar para cuidar nuestros riñones a lo largo de los años.
La hidratación adecuada es esencial para mantener la función renal óptima, además, ayuda a prevenir la formación de cálculos renales, ya que el agua contribuye a mantener disueltas las sales y minerales en la orina, evitando su acumulación y cristalización en los riñones.
El envejecimiento y los riñones
A medida que envejecemos, los riñones experimentan cambios estructurales y funcionales que pueden afectar su capacidad para filtrar la sangre y eliminar los desechos del cuerpo de manera eficiente.
La disminución en el número de nefronas, las unidades funcionales de los riñones, así como una reducción en el flujo sanguíneo renal y en la tasa de filtración glomerular, son algunos de los cambios que se observan con la edad.
Estos cambios pueden hacer que los riñones sean más susceptibles a diversas enfermedades renales, como la enfermedad renal crónica, explicó la profesional al hablar del funcionamiento de los riñones con el paso de los años.
Una buena hidratación
Elegir opciones de hidratación saludables: aparte del agua, las infusiones, tés sin azúcar, caldos de verduras o frutas, y alimentos con alto contenido de agua como sandía, pepino o apio, son excelentes opciones para mantenerse hidratado.
Monitorear la hidratación: presta atención a los signos de deshidratación, como sed, boca seca, orina oscura y escasa, fatiga, mareos o confusión. Si experimentas alguno de estos síntomas, aumenta tu consumo de líquidos y consulta a un profesional de la salud si persisten.
Adaptar la hidratación a tus necesidades: en la vejez, es común que la sensación de sed disminuya, lo que puede llevar a una ingesta insuficiente de líquidos. Por ello, es importante recordar beber agua regularmente, incluso si no sientes sed.
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