Asunción, Agencia IP.- En el Panteón Nacional de los Héreos, el presidente Santiago Peña, presentó una ofrenda floral a los próceres de la Patria. En el acto, se señaló la responsabilidad de las generaciones presentes de «seguir construyendo el Paraguay soñado por nuestros antepasados».
Este 14 y 15 de mayo se conmemoran 213 años de la gesta que marcó en inicio de la vida independiente de la República del Paraguay.
En el acto de ofrenda floral que realizaron las principales autoridades del Estado, encabezadas por el presidente de la República, Santiago Peña, una alocución alusiva narró la importancia de conmemorar esta fecha para reforzar el vínculo identitario y compromiso ciudadano con la Patria.
Fue el jefe del Estado Mayor de la Armada Paraguaya, vicealmirante Lucio Benítez Escalante, responsable del discurso en representación de las Fuerzas Armadas de la Nación durante el acto en el Panteón Naiconal de los Héros.
Al conemorar en la fecha los 213 años de la independencia nacional nos remontamos a los días 14 y 15 de mayo de 1811, cuando el sueño de la libertad se hizo realidad gracias a un grupo de hombres valientes y patriotas, nuestros próceres, tales como José Gaspar Rodríguez de Francia, Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero, Vicente Ignacio Iturbe y varios otros», inició diciendo.
Esta «fue y sigue siendo un acontecimiento sin igual en las páginas de la historia de nuestra Nación, donde hombres con virtudes sobresalientes ofrendaron sus propias vidas en defensa de la heredad nacional para que las generaciones presentes y futuras pudieran disfrutar de esta tierra con la cual tengan identidad propia y desarrollarse como un Estado libre, soberano e independiente», dijo.
Recordó que la independencia paraguaya se dio en el contexto independentista de las colonias españolas de Sudamérica, cuando llegó la noticia de que España había sido ocupada por tropas francesas. Indicó que, las fricciones generadas entre paraguayos y porteños tras el establecimiento de la Junta de Buenos Aires en 1810 «despertó en la conciencia de los paraguayos el pensamiento comunero de la soberanía popular».
Finalmente, en la noche y la madrugada del 14 y 15 de mayo de 1811 se realizó la intimación de rendición al gobernador español Bernardo de Velazco, quien finalmente capituló. «Indemediatamente fue izada la bandera nacional en el mástil levantado en el centro de la plaza mayor, y una salva de 21 cañonazos dio a la ciudadanía la buena noticia, que saludó con vítores a la nueva Patria libre, independiente y soberana».
El jefe del Estado Mayor de la Armada Paraguaya afirmó que la revolución de mayo de 1811 no solo marcó el fin del dominio español en nuestro suelo, sino que también simbolizó el nacimiento de una nueva era para el Paraguay. «Fue el punto de partido de un arduo camino hacia la construcción de una identidad nacional propia, basada en los valores de la libertad, la justicia y la igualdad».
Afirmó que el legado de los próceres «nos inspira, tanto a las generaciones presentes como futuras, a seguir defendiendo los valores por los que tanto lucharon».
«Mantener y cultivar los ideales de libertad enarbolado por nuestros próceres en la actualidad, es responsabilidad de todos. Por lo que tenemos el deber de seguir construyendo el Paraguay soñado por nuestros antepasados e inculcar a las generaciones presentes las virtudes de disciplina y patriotismo», concluyó el vicealmirante.