Cuando se experimenta enamoramiento y amor, el cuerpo suele responder de varias maneras debido a los cambios hormonales y en el sistema nervioso. Desde la aceleración del corazón hasta las famosas “mariposas en el estómago”, cada rincón del organismo se ve afectado por el flechazo.
Según una investigación del Departamento de Neurociencia e Ingeniería Biomédica de la Universidad “Aalto” en Finlandia, los efectos producidos por el enamoramiento en el cuerpo se dan en la cabeza y en el pecho, registrando cambios en el ritmo cardíaco, la respiración y las expresiones faciales, incluso sonrojarse.
La sensación de enamoramiento se produce principalmente en una pequeña zona cerca de la base del cerebro llamada área tegmental ventral. Casi a la par, se liberan las hormonas de la felicidad como la serotonina, la dopamina, la oxitocina y las endorfinas, que juegan un papel fundamental durante la etapa de enamoramiento. Así, aparecen la sensación de satisfacción y bienestar y mejoran el estado emocional, promoviendo la tranquilidad y la concentración.
Independientemente de las reacciones químicas, el amor tiene una serie de beneficios significativos para la salud mental. Entre estos beneficios se incluyen la reducción del estrés, una mejor calidad del sueño y una mayor capacidad para enfrentar la adversidad, como de enfrentar problemas.
Tener amor en la vida puede fortalecer además el sistema inmunológico, reducir el dolor, mejorar y estimular las capacidades cognitivas, disminuir la incidencia de la depresión y aumentar la longevidad (envejecimiento saludable) y mucho más.
