PARRICIDIO. Gastón Gadin y Cipriano León fueron ejecutados el 1 de diciembre de 1917 en Asunción.
ILEGAL. El artículo 64 del Código Penal decía que no se daba pena capital a menores de 22 años.
JUICIO. Los dos acusados fueron juzgados por un tribunal de jurado que los encontró culpables.
CAMBIO. En su libelo acusatorio, el fiscal había pedido la pena de 30 años de cárcel para Gadin
El 1 de diciembre se cumplieron 106 años del fusilamiento de Gastón Gadin y Cipriano León, el último que fue ordenado por la Justicia en Paraguay. Hubo otras condenas a muerte, pero fueron conmutadas por 30 años de cárcel. También se realizaron otros fusilamientos, pero de militares durante la Guerra del Chaco.
Juristas y expertos concluyeron que la pena de muerte aplicada a Edmundo Nicolás Augusto Gadin o Gastón Gadin, el 1 de diciembre de 1917 por parricidio fue ilegal, porque era menor de 22 años, y no se podía aplicar esta sanción. Se dio por la presión de la prensa y la ciudadanía.
Pese a los documentos que había en el expediente, los 12 miembros del jurado determinaron que no era menor de 22 años, por lo que se le halló culpable del caso, según el expediente que obra en el Museo de la Justicia.
El crimen ocurrió la noche del 26 de julio de 1915, en la vivienda del matrimonio en Villa Morra (en la sede de la actual Casa Cuna y otros dicen que está cerca de Telefuturo). Fallecieron don Lorenzo Gadin, de 45 años, y su esposa Emma Lacour de Gadin. Ambos vinieron de Francia en el año 1912 con sus hijos Gastón y Lorenza, y se asentaron ahí.
En marzo de 1915, Gastón conoció a Ana Mayeregger de quien se enamoró. Ella se mudó a San Lorenzo, y él la visitaba, por lo que cuando el padre se enteró le exigió que la dejara, a lo que el joven se negó, según declaró ante el juez.https://www.youtube.com/embed/vli7qY5B0NU?feature=oembed
CÓMPLICE
Gastón conoció a Cipriano León, un carnicero, con quien hizo amistad. Durante las charlas, le preguntó si se animaría a matar, a lo que este le contestó: “¿Matar? ¡Gran cosa!”. Fue así que urdió el plan para acabar con sus padres, según dijo Gadin al juez Nicanor Patiño, en su declaración.
León confesó ante el mismo magistrado que el hijo le pidió que matara a sus padres y le ofreció 10.000 pesos. Es más, dijo que estuvo con él y le ayudó a matarlos. Incluso, hasta revisó los bolsillos del padre.
Sin embargo, el joven Gadin aseguró al juez que solo le propuso matar al padre, no a la madre. Además, no participó del hecho. Explicó que desde que Lorenzo Gadin tuvo una intervención quirúrgica en Francia cambió su carácter. Lo maltrataba, le explotaba en su trabajo y le descontaba su paga. Así, tramó la idea de matarlo, y, por carta, le comunicó lo que haría a su amada el día del hecho.
Así, la noche del 26 de julio de 1915, se consumó el doble crimen. Cipriano León dijo que estaba con Gastón cuando primero mató a Emma Lacour de Gadin y luego a Lorenzo Gadin. Su cómplice revisó los bolsillos del cadáver de su padre.
Tras ser golpeados con hachazos, los cuerpos de los esposos fueron incinerados. La empleada, María viuda de Rossar, cuando se dio cuenta del incendio, dijo que avisó a Gastón para que le ayudara a apagarlo, quien se levantó y sofocó las llamas con ayuda de vecinos.
Tras conocerse la noticia, intervino la Policía, que dio parte al juez de Paz de Recoleta, Pedro J. González. Este dispuso la detención para averiguaciones de Gadin y la empleada. Ambos fueron liberados tras declarar.
No obstante, la Policía interceptó una carta de Ana Mayeregger que tenía su tío Carlos para entregar a Gastón, en contestación a la que este le había enviado. En ella, la joven le instaba a que no hiciera lo que tenía pensado. Aunque también le decía que aún siendo asesino lo amaría.
De esta forma, se supo del crimen. Gastón, que estaba en el velatorio de sus padres, fue encarado por uno de los investigadores, quien le dijo que su cómplice ya habló, y este cayó en la trampa, con lo que se supo que se trataba de Cipriano León.
El caso fue enviado luego al juez en lo Criminal, Nicanor Patiño, con el informe de la Policía, que señalaba que ambos habían confesado el hecho. Los dos declararon luego ante la Justicia, aunque Gastón reconoció que contrató a León, pero solo para matar al padre, no a la madre.
En todas sus declaraciones, Gastón refirió que tenía 18 años. Esto no fue cuestionado por el fiscal Héctor Zalaberry, aunque el defensor de Reos Pobres que defendió al joven, José Núñez, pidió que la legación francesa informara cualquier documentación que tenía sobre él.
La delegación diplomática envió la orden de reclutamiento donde señalaba que Gastón Gadin nació en Puteaux, Seine, Francia, el 4 de junio de 1897, por lo que tenía 18 años. También se envió el certificado de bautismo de la parroquia San Jaime el Mayor y San Cristóbal de Gran Montrouge, que corroboraba la edad.
Además, fue examinado por los médicos forenses, Rogelio Álvarez y Cosme Manzoni, quienes indicaron que no tenía problemas mentales. Dijeron que por la contextura física del mismo tendría entre 18 y 20 años. El defensor pidió tiempo para traer el certificado de nacimiento desde Francia, pero se lo negaron con el argumento de que ya estaba probada la edad del procesado.
JUICIO POR JURADOS
El caso luego fue elevado al Tribunal de Jurados, el 1 de marzo de 1917, con el libelo acusatorio del fiscal Héctor Zalaberry, quien pidió 30 años de cárcel para Gastón Gadin por su minoridad, y la pena de muerte para Cipriano León.
Tras recusaciones, el caso quedó con el juez Eliseo Sisa, presidente del Tribunal de Jurados, quien convocó a la audiencia para la elección de los 12 miembros titulares del jurado y dos suplentes.
El jurado finalmente quedó conformado por Matías Gadea, Eduardo Brugada, Juan Carlos Garcete, Laureano Dávalos, Dr. José Antonio Pérez, Juan Aldama, Pedro Vera, Gerónimo A. Riart (h), Nicasio Dávalos, Ceferino Olmedo, Cándido Guillén y Vicente Latazza. Eran suplentes, Carlos Mersán y Antonio Bianchi.
El juicio se realizó el 18 de junio de 1917, desde las 8:00. Una multitud esperaba expectante sobre lo que ocurriría con los famosos homicidas. Al inicio, el fiscal Héctor Zalaberry explicó su libelo acusatorio. Señaló que se realizó por pago o promesa remuneratoria por parte de Cipriano León y Gastón Gadin.
Además de presentar sus documentos, ya al final de su alocución, mencionó que Gadin merecía la pena de muerte, a lo que el público asentía a los gritos. Luego habló el defensor José Núñez, quien sostuvo que no se probó que su defendido era hijo del matrimonio (al no haber acta de nacimiento) y que había cometido el delito bajo influencia de enfermedad mental. En su caso, los asistentes quedaron en silencio.
Después, habló Manuel Ayala, defensor de León, quien atacó a Gadin, con el argumento de que “León simplemente fue el instrumento de un hijo mal parido de la heroica Francia”, según los juristas Juan Marcos González y Atilio Fernández, en su libro El caso Gastón Gadin.
Tras culminar, el jurado debía contestar siete preguntas sobre el caso que era juzgado, sobre la culpabilidad de los acusados. La cuarta pregunta que se hizo fue: “¿En la fecha del crimen que se persigue, era Gastón Gadin menor de veintidós años de edad?”. Esta fue la única respuesta negativa.
El juicio tuvo un intervalo para el almuerzo, continuó y ya en la madrugada del 19 de junio de 1917, el juez Sisa dictó sentencia tras la decisión del jurado. Pese a que al inicio del fallo decía que Gastón Gadin tenía 18 años, lo condenó junto con Cipriano León a la pena de muerte.
APELACIÓN
Los defensores de los acusados apelaron el fallo ante la Superior Cámara de Apelación en lo Comercial y Criminal, integrado por Vicente Brunetti, Enrique Pinho, y Ángel Medina.
Núñez pidió plazo para traer de Francia el certificado de nacimiento, pero no se le concedió. Solicitaba la conmutación a la pena de 30 años de cárcel por ser menor de edad. El fiscal Zalaberry requirió la confirmación de la resolución del juicio.
Al final, por voto unánime, los camaristas ratificaron la resolución de pena de muerte. Indicaron que no se probó la edad, y que era dudosa, por lo que no podían modificar el fallo.
Nuevamente, la defensa acudió ante el Superior Tribunal de Justicia (antecesor de la Corte Suprema), integrada por Pedro Bobadilla, Manuel Burgos y Federico Codas. Estos últimos fueron recusados, por lo que se integró finalmente por Bobadilla y los camaristas Apolinar Real y Eulogio Jiménez.
Esta vez, el fiscal que contestó el recurso fue Federico Chaves (quien llegó a ser presidente de la República). Hubo decisión dividida. Jiménez y Real votaron por confirmar la pena capital. Bobadilla por la conmutación a 30 años de cárcel para Gadin.
El caso fue derivado al presidente de la República, Manuel Franco, con miras a un indulto o conmutación de la pena, pero esto no se dio. El expediente fue devuelto al Juzgado, por lo que se tuvo que hacer cumplir la sentencia irrevocable.
El 1 de diciembre de 1917, a las 17:00 horas, en la cárcel pública (detrás del Colegio La Providencia) ante una multitud, fueron fusilados Gastón Gadin y Cipriano León.
Los cuerpos luego fueron llevados hasta el cementerio del Mangrullo, actual Parque Carlos Antonio López. Incluso, había una placa donde señalaba que ambos habían sido enterrados en ese lugar.
Al final, la Justicia no resistió la presión de la prensa y la ciudadanía, y fusiló a Gadin, pese a que tenía 18 años. En el 2009, en el Poder Judicial, en una conferencia se analizó el fallo, y concluyeron que era ilegal.
Presidente no estaba cuando llegó expediente
Al ser la pena capital, el expediente fue derivado al entonces presidente de la República, Manuel Franco. Según Rosa Palau, del Museo de la Justicia, el titular del Ejecutivo estaba de viaje por el interior del país, por lo que no pudo estudiar el caso.
No se quiso esperar a su regreso, con lo que el expediente volvió al Poder Judicial.
Es así que, finalmente, el sábado 1 de diciembre de 1917, el juez notificó a la Policía que debía cumplirse la sentencia irrevocable de los acusados. Debían ser fusilados en la cárcel pública.
La orden se cumplió a las 17 horas, ante una multitud que se agolpó. Uno de los diarios de la época tituló que dio “Todos los detalles del tremendo espectáculo”. Todos querían ver cómo terminaba la historia de Gastón Gadín y su cómplice Cipriano León. UH