Cadáver de una mujer habló y desveló su muerte: no se suicidó, la mataron de una forma criminal casi perfecta

«Los muertos hablan más que los vivos”  es una regla de oro para los criminólogos, y es la que puso en pràctica la fiscal Daysi Sànchez, quien fue comisionada para investigar un reporte  de suicidio de una mujer, ocurrida el 2 de setiembre pasado.

Ese dìa Juan isaias Aranda,  esposo de Rita Belèn Rodriguez, llevó a su cónyuge al hospital en donde señaló a los mèdicos que al llegar a su casa la encontró colgada,  en un episodio de intento de suicidio, segùn expresó  a los galenos. Estos le comunicaron que ya estaba muerta.  En el interìn en que se confirmaba la desagrdable noticia, Isaias llamó y convocó a los familiares de Rita,  asì como a la policìa. 

Les explicó lo mismo que a los médicos. Cunado llegó  el forense del Ministerio Publico, hizo lo “habitual”  y dictaminó  muerte por asfixia por ahorcamiento con soga. La señal en el cuello de la extinta era “evidente”.  La familia retiró el cadàver, lo veló  y al dìa siguiente enterraron los restos de Rita.

Para ir cerrando el caso la policìa fue relevando datos sobre la fallecida. Una de las hermanas de esta, encargada para el efecto, explicó  a los intervinientes que la extinta tuvo tres intentos de suicidio, antes de concretarlo,  conforme les iba contando Isaàs. Este, presumen los investigadores, inventò los intentos de suicidio de  la mujer, para allanar el terreno ante familiares de la infortunada.  Todo cuadraba a la perfecciòn, salvo un factor: la duda de la lesiòn causada por la soga con la que se produjo la muerte, ademàs del rastro de un golpe el abdomen de Rita,  que motivò a la fiscal Sanchez a ordenar una nueva necropsia. 

Y loa resultados de esta fueron concluyentes. La mujer no muriò por asfixia por ahorcamiento, sino de un golpe en el estòmago. Y que la señal de la soga en el cuello revela que fue ya depsuès de que la  vìctima estaba sin vida.  El cadàver, una vez màs, hablò para los expertos en crìmenes.

El nuevo escenario determinò que Juan Isaias Aranda pasò a ser sospechoso de haber perpetrado feminicidio. Cuando la fiscalia ordenò que lo detengan y lo traigan ante ella, la policìa comunicò que el hombre habìa renunciado hacìa unos dìas de su trabajo y desapareciò de la casa en donde residìan, ¿Que pasó ? El sospechoso se enterò de la necropsia que habìa realizado la fiscalìa, a travès de una filtraciòn a la que llegò a acceder un medio digital de Guarabarè, y se fugò.  Hoy el caso se etiqueta como uno nuevo de feminicidio

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