Científicos consiguieron que células de levadura vivieran un 82 % más de lo que deberían en circunstancias normales. Además, se plantean la aplicación del método a las células humanas madre y neuronas.
Un equipo de científicos de la Universidad de California en San Diego, EE.UU., ha encontrado una forma de ‘reconstruir’ el reloj biológico. Este estudio podría ser un gran avance en la lucha contra el envejecimiento.
La esperanza de vida humana está relacionada con el envejecimiento de las células individuales, que funcionan como minifábricas, realizando los procesos necesarios para la vida. Pero las reacciones químicas generan desechos tóxicos que se acumulan con el tiempo y pueden dañar al ADN y a otros componentes celulares. Por lo tanto, el cuerpo destruye las células viejas antes de que causen daño.
Hace tres años, un grupo de investigadores de la Universidad de California identificó las dos direcciones que siguen las células durante el envejecimiento y manipuló genéticamente estos procesos para extender su vida útil.
Ahora, ese mismo equipo ha ampliado esta investigación diseñando una solución que evita que las células alcancen sus niveles normales de deterioro asociados con el envejecimiento. Las células de la levadura, las plantas, los animales y los humanos, contienen circuitos reguladores de genes que son responsables de muchas funciones fisiológicas, incluido el envejecimiento, según un comunicado de la universidad.
“Estos circuitos genéticos pueden funcionar como nuestros circuitos eléctricos domésticos que controlan dispositivos como electrodomésticos y automóviles”, comentó el profesor Nan Hao del Departamento de Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas, autor principal del estudio.
Los científicos han descubierto que, con el control del circuito central de regulación genética, las células no necesariamente envejecen al mismo tiempo. Por ejemplo, como sucede con un automóvil que desgasta el motor o el mecanismo de transmisión, pero no ambas partes al mismo tiempo.
En este estudio, los investigadores han reorganizado genéticamente el circuito que controla el envejecimiento celular. Así, crearon un ciclo de retroalimentación negativa para revertir este proceso. La red reconstruida funciona como un dispositivo similar a un reloj. Se trata del llamado oscilador génico, mediante el cual la célula cambia periódicamente entre dos estados de envejecimiento, evitando la estancia prolongada en uno de ellos y ralentizando la degeneración de la propia célula.
El método aplicado a las células de un pequeño hongo unicelular de levadura impidió su envejecimiento a un ritmo normal. Como resultado del experimento, las células vivieron un 82 % más de lo que deberían en circunstancias normales.
Los científicos sostienen que la nueva técnica se puede aplicar a las células humanas, como las células madre y las neuronas. En teoría, esto le permitiría a una persona, si no alcanzar la inmortalidad, al menos vivir por mucho más tiempo, según Science. HOY