Estamos en Yakustk, en la región rusa de Siberia oriental, donde los termómetros marcan -48ºC por el día y -62ºC por la noche. Unas temperaturas anormalmente bajas. En estas primeras semanas del año, se registran de media temperaturas siete grados por debajo de lo normal.
“Esta es la primera vez que tenemos un invierno así. Los otros años fueron muy cálidos. Ahora, hace mucho frío. Los lugareños pueden decirlo. La gente que vende pescado allá, se congela hasta los huesos”, dice una vendedora de un mercado al aire libre.
“Tengo mucho frío, parece que es el invierno más frío. Y mi calzado no es caliente. Hace mucho calor dentro de los edificios, y mucho frío fuera. No sé dónde encontrar un término medio”, explica una estudiante.
Las escuelas de Yakutsk han cerrado debido a las anormales bajas temperaturas. Y la espesa niebla ha provocado al menos un accidente de tráfico en cadena.
Preocupa el estado de las vetustas infraestructuras. A principios de enero, con temperaturas inferiores a los -40ºC, un accidente dejó sin calefacción a más de mil familias.
