2023: Buenas perspectivas macro en contexto de riesgos y desafíos

La economía paraguaya para el año 2023 presenta un escenario optimista si se consideran las proyecciones macroeconómicas. No obstante, es necesario considerar los riesgos que enfrenta el país, derivados de su economía pequeña y abierta en una región que proyecta ralentización económica. A nivel microeconómico, el escenario enfrenta desafíos ya conocidos originados en el bajo efecto multiplicador del crecimiento económico en el nivel y calidad del empleo. Paraguay requiere políticas económicas que permitan que la estabilidad y el crecimiento a nivel macro se traduzcan en una mejor calidad de vida.

El Ministerio de Hacienda, según el mensaje enviado al Congreso con motivo de la presentación del proyecto de presupuesto, prevé una recuperación del producto interno bruto (PIB), ya que estimó un crecimiento del 4,5% para el próximo año. Esta proyección considera mejores condiciones climáticas que darían lugar a una recuperación del sector primario y sus diversos rubros; igualmente, se espera que los sectores secundarios y servicios presenten un normal desenvolvimiento de la mano de un repunte en la economía interna.

En cuanto al nivel de precios y el tipo de cambio nominal, se espera que la inflación se ubique en torno al 4,1%, la mitad de la tasa esperada para el año 2022. La autoridad fiscal estimó un tipo de cambio de G. 7.098 por dólar. Este nivel ya fue superado en los últimos días de diciembre en que se ubicó en más de G. 7.300. Esta divergencia antes de iniciarse el año fiscal ya debe considerarse una alerta.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) estima un crecimiento del PIB en Paraguay del 4,0%, levemente inferior a la estimación del Ministerio de Hacienda. Cepal incorpora en su análisis el riesgo de aumento de las tasas de interés, de depreciaciones de las monedas y del endeudamiento que dificultarían el financiamiento de las operaciones de los gobiernos en el 2023.

Un elemento positivo que destaca esta institución es que los cambios registrados en la trayectoria de la inflación regional en el segundo semestre del 2022, aunados a la desaceleración de la actividad económica que se espera se prolongue para el próximo año, reducirán las presiones de las autoridades monetarias de América Latina y el Caribe para continuar aumentando las tasas de política monetaria.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que la región presentará un desempeño peor que en el 2022, debido al mediocre desempeño de los países con economías más grandes, como las de Brasil, México, Argentina y Colombia. Se espera que el crecimiento del PIB en todos estos países se vea afectado por el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y locales, el retiro de la mayoría de las ayudas fiscales y la disminución de los precios de las materias primas.

Este conjunto de elementos internos y externos configuran un escenario levemente positivo en términos macroeconómicos que pueden ayudar a la recuperación a nivel microeconómico, cuyo desempeño ha sido macro en los últimos años. Si se consideran los ingresos laborales y el desempleo, se observan retrocesos, mientras que otros indicadores se mantienen sin mejoras, como la informalidad y el subempleo.

Uno de los desafíos más importantes para el año 2023 será traducir el buen desempeño macroeconómico en resultados auspiciosos en el mercado laboral y, en consecuencia, en la economía de los hogares y de las pequeñas y medianas empresas. Paraguay debe avanzar en políticas que permitan transformar la estructura productiva para generar más empleos e ingresos. Solo de esta manera la estabilidad macroeconómica y el crecimiento del PIB se traducirán en bienestar y desarrollo. UH