El 24 de agosto de 2021, un operativo del Ministerio Público, la SENAD, la PN, la DEA y demás fuerzas, lideradas por el fiscal Marcelo Pecci detuvo a Kassem Mohamad Hijazi, un ciudadano brasileño de ascendencia libanesa, implicado en la corrupción gubernamental y privada aquí, desde donde ayudaba a financiar el terrorismo de Hezbolá. El hecho ocurrió en Ciudad del Este, el corazón geopolítico de la corrupción desenfrenada y las finanzas ilícitas en el Área de la Triple Frontera (ATF) sudamericana, que une a Paraguay, Argentina y Brasil,
Un cable diplomático estadounidense, filtrado el 2005, identificó a Kassem Hijazi como “un principal recaudador de fondos y activista de Hizbolá”, la organización terrorista de Líbano, creada por Irán. “Una parte de [sus] fondos eran lavados” por Hijazi” en Ciudad del Este, Paraguay, y la ATF.
El Tesoro de EUA comprobó que Hijazi “mantiene conexiones con funcionarios del gobierno paraguayo para evitar acciones policiales contra su organización de lavado de dinero”. Y que incluso “comanda a agentes de civil de la División de Investigación y Operaciones Especiales… del Departamento de Policía de Alto Paraná en Paraguay, que realizan actividades para él a cambio de pagos mensuales”.
El Departamento de Estado alegó que Hijazi “facilitó el crimen organizado transnacional, socavó el estado de derecho y obstruyó la fe del público en las instituciones paraguayas”.
La administración Biden, según Ottolenghi, se ha comprometido a “la lucha contra la corrupción como un interés central de seguridad nacional”, lo que incluye la lucha contra las finanzas ilícitas. “Para cumplir con este compromiso, la administración de EUA debe aumentar las designaciones contra funcionarios regionales corruptos y redes de lavado de dinero también en Paraguay. Washington también debe mantener la presión sobre Paraguay y otros gobiernos regionales para tomar medidas drásticas contra la corrupción y las finanzas ilícitas.
NOTA: lo de arriba es un extracto de un texto de Emmanuel Ottolenghi, miembro “senior” de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), Washington, D.C. En la última década y media, Ottolenghi se convirtió en el principal especialista en crimen organizado (narcotráfico, mega-contrabando, corrupción generalizada), lavado de dinero y terrorismo en la Triple Frontera sudamericana. Allí, los terroristas libaneses de Hizbulá (con base en Ciudad del Este y Paraguay) tienen su principal y estratégico centro geopolítico y logístico sudamericano. El artículo completo se lee recurriendo al siguiente enlace: https://www.fdd.org/analysis/2021/08/25/money-launderers-tri-border-area/ La foto, en la que el fiscal Pecci le garantiza sus derechos al financista de terroristas que acaba de ser detenido con todas las garantías constitucionales, tiene © de abc color, que la recibió por gentileza de autoridades intervinientes.