Celebramos hoy EL DIA DEL LIBRO PARAGUAYO. Fue instituido en 1980 por Resolución del Ministerio de Educación y Ciencia en conmemoración a la fecha en que el historiador Ruiz Díaz de Guzmán concluyó la escritura manuscrita de su obra “Anales del descubrimiento, población y conquistas del Río de la Plata”, más conocida como “La Argentina”. La Biblioteca y Archivo Central del Congreso de la Nación siempre, todos los años, se hace eco de este día.
Es así porque se considera un espacio siempre activo en la promoción, la difusión, el aprecio de los libros, de su inobjetable rol en la formación de las personas, en el desarrollo del país. Y, con particular estima, a los autores y a los libros producidos en el país pues ellos se asocian a los esfuerzos por promover la creatividad, por ponerse al alcance de un cada vez mayor público de editores y de lectores.
Ante el avance de la tecnología, de la informática, de las redes sociales, algunos ponen en duda la supervivencia de los libros impresos. Pero, desde las mayores posibilidades de acercamiento de los contenidos a más lectores, sobre todo a los de las nuevas generaciones, no cabe duda que los libros, dentro de los nuevos formatos, ganan mayores posibilidades de acercamiento a los lectores.
Llama la atención que el primer libro paraguayo es un libro manuscrito no impreso. Es una muy buena lección al paso de los tiempos. “La Argentina” pasa a la historia y de forma sustantiva sin más tecnologías que unos rústicos papeles, unas tintas, unas plumas, probablemente en el sentido estricto de la palabra. Diríamos hoy, con una “tecnología primitiva”. Hoy, la podemos leer en ediciones impresas, con todas las posibilidades de las modernas máquinas e incluso en las versiones on line.
El paso de los tiempos, las nuevas tecnologías pueden y deben estar al servicio de lo fundamental, de lo que nos posibilita ser mejores personas, vivir en armonía, en paz, con los aportes de los contenidos producidos.
Un reciente mensaje de la UNESCO, expresa: “Ahora más que nunca, en un momento en que la mayoría de las escuelas de todo el mundo están cerradas y debemos quedarnos en casa, podemos usar el poder de la lectura para combatir el aislamiento, estrechar los vínculos entre las personas, expandir nuestros horizontes, a la vez que estimulamos nuestras mentes y nuestra creatividad”.
Que este Día del Libro Paraguayo, en tiempos de la pandemia, nos acerque más a los beneficios de la lectura. Y que juntos impulsemos la producción, promoción y distribución de los libros paraguayos.
Celebramos hoy EL DIA DEL LIBRO PARAGUAYO. Fue instituido en 1980 por Resolución del Ministerio de Educación y Ciencia en conmemoración a la fecha en que el historiador Ruiz Díaz de Guzmán concluyó la escritura manuscrita de su obra “Anales del descubrimiento, población y conquistas del Río de la Plata”, más conocida como “La Argentina”. La Biblioteca y Archivo Central del Congreso de la Nación siempre, todos los años, se hace eco de este Día.
Es así porque se considera un espacio siempre activo en la promoción, la difusión, el aprecio de los libros, de su inobjetable rol en la formación de las personas, en el desarrollo del país. Y, con particular estima, a los autores y a los libros producidos en el país pues ellos se asocian a los esfuerzos por promover la creatividad, por ponerse al alcance de un cada vez mayor público de editores y de lectores.
Ante el avance de la tecnología, de la informática, de las redes sociales, algunos ponen en duda la supervivencia de los libros impresos. Pero, desde las mayores posibilidades de acercamiento de los contenidos a más lectores, sobre todo a los de las nuevas generaciones, no cabe duda que los libros, dentro de los nuevos formatos, ganan mayores posibilidades de acercamiento a los lectores.
Llama la atención que el primer libro paraguayo es un libro manuscrito no impreso. Es una muy buena lección al paso de los tiempos. “La Argentina” pasa a la historia y de forma sustantiva sin más tecnologías que unos rústicos papeles, unas tintas, unas plumas, probablemente en el sentido estricto de la palabra. Diríamos hoy, con una “tecnología primitiva”.
Hoy, la podemos leer en ediciones impresas, con todas las posibilidades de las modernas máquinas e incluso en las versiones on line.
El paso de los tiempos, las nuevas tecnologías pueden y deben estar al servicio de lo fundamental, de lo que nos posibilita ser mejores personas, vivir en armonía, en paz, con los aportes de los contenidos producidos.
Un reciente mensaje de la UNESCO, expresa: “Ahora más que nunca, en un momento en que la mayoría de las escuelas de todo el mundo están cerradas y debemos quedarnos en casa, podemos usar el poder de la lectura para combatir el aislamiento, estrechar los vínculos entre las personas, expandir nuestros horizontes, a la vez que estimulamos nuestras mentes y nuestra creatividad”.
Que este Día del Libro Paraguayo, en tiempos de la pandemia, nos acerque más a los beneficios de la lectura. Y que juntos impulsemos la producción, promoción y distribución de los libros paraguayos. Fuente: bacn.gov.py/