El fascismo y el nacionalsocialismo comenzaron a penetrar en el Paraguay a fines de los años veinte, cuando se fundaron en Asunción, en 1928, la primera sección local del “fascio” y en la Colonia Independencia el primer partido nazi fuera de las fronteras germano-austríacas. Ello sin olvidar la fundación, en ese mismo año, del Partido Comunista Paraguayo, al amparo -como los demás núcleos- de uno de los, más positivos períodos de democratización que vivió el Paraguay a fines del gobierno de Eligio Ayala y principios del de José P. Guggiari.
Desde comienzos de los años treinta, Latinoamérica se sumerge en la efervescencia de las ideologías que pugnan por ganar terreno en sus naciones. La toma del poder por Adolf Hitler en Alemania, en 1933, contribuye en favor de la derecha. El triunfo del Frente Popular Español, en los comicios de febrero de 1936, fortalece a la izquierda. Entretanto, el Paraguay y sus vecinos, especialmente aquellos que contaban con fuertes minorías de origen germano, se ven invadidos por una sutil propaganda, dispersada por las Legaciones del Reich y por sus agentes políticos y comerciales. Frutos de ella, surgen también aquí las organizaciones nazis, con pretensiones de formar las quintas columnas en correspondencia con lo que ocurría en Europa.
Los gobiernos del coronel Rafael Franco (1936-1937) y de Félix Paiva (1937-1939) no quedan al margen de la presión totalitaria ítalogermana, que hace también escuela en importantes sectores del Ejército y en algunos círculos políticos e intelectuales donde la disciplina, el orden y el trabajo son valores apetecidos.
En todo el país se habían formado células Nacionalsocialistas, especialmente en los puntos de población alemana, aún cuando muchos de sus componentes eran ya paraguayos de segunda o tercera generación, consustanciados con su vida e idioma. Para 1938, existían miembros del Nacionalsocialismo en Asunción, Colonia Independencia, Encarnación, Hohenau, Alborada, Cambyretá, Bella Vista, Obligado, Jesús, Yegros, Villarrica, San Bernardino y Villa de San Pedro.
Los nazis tenían en el Paraguay dos motivos de “orgullo”: al hecho de haberse formado aquí el primer partido nazi de América, podían añadir el primer intento, todavía en pleno siglo XIX, de establecimiento en estas tierras de la primera colonia “aria” del mundo, a cargo de Bernard Foerster. Su “Nueva Germania”, fundada en 1887, no debía estar contaminada con sangre semita. Su cuñado, Friedrích Nietzsche, maldeciría aquella iniciativa negándose a acompañar a su hermana, con quien Foerster estaba casado, a vivir al Paraguay. “Probablemente tu difunto marido ha contaminado en tal forma el Paraguay con su plaga antisemita que debe ser un lugar tan malo para vivir como Alemania”, le escribiría a ella el filósofo, en su peculiar estilo, poco después del suicidio del pionero antisemita, ocurrido en Paraguay en 1889.
Es sabido que luego de la Segunda Guerra Mundial, en nuestro país se afincaron o pasaron parte de sus vidas varios excombatientes de la Alemania Nazi, entre ellos, Joseph Mengele apodado “El ángel de la muerte”, Eduard Roschmann “el carnicero de Riga”, fallecido en Asunción, entre otros.
FUENTE: “NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY (1939-1945)” de Alfredo Seiferheld / “Efemérides” de Andrés Morel (Encarnación) / Recopilación de Eduardo Nakayama.
IMAGEN: Festejo del cumpleaños del Führer Adolf Hitler en la Escuela Alemana de Encarnación (20/04/1938). Archivo de Andrés Morel (Encarnación).