El plan de incluir solamente al sector privado en el subsidio al combustible fracasó en una mañana. Las autoridades no llegaron a un acuerdo y volverán a incorporar a los emblemas privados. Se estiman unos USD 30 millones al mes que se desconoce de dónde saldrán. Paraguay inicia así un peligroso camino del subsidio como fórmula de solución.
Este comportamiento obligó a emblemas privados y a la estatal Petropar a realizar más ajustes de los habituales en un corto tiempo, con la única diferencia que la petrolera del Estado demoraba un poco más en subir sus precios.
El plan A del Gobierno fue un subsidio a todos los jugadores del mercado (público y privado), con la creación de un fondo permanente de 100 millones de dólares, financiado con un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF).
La propuesta inicialmente fracasó, porque los senadores se opusieron a un nuevo endeudamiento y a la inclusión de los emblemas privados, tras lo cual, Hacienda se llevó la tarea de crear otro proyecto en un fin de semana, sobre las líneas bajadas por el Congreso.
Bajo este compromiso, Petropar ya disminuyó G. 1.000 el Diésel Tipo III y G. 800 la Nafta 93 octanos, a la espera de los recursos que Hacienda tendrá que reponer para cubrir la diferencia.
Sin embargo, el borrador presentado por Hacienda ayer lunes, con las exigencias del Legislativo, volvió a rebotar, pues las autoridades dimensionaron lo que había sucedido en apenas horas: estaciones de Petropar colmadas de clientes y otras prematuramente desabastecidas, por ser las únicas con precios disminuidos.
Mientras tanto, los emblemas privados, que absorben el 86 % del mercado, pasaban un día contra una competencia imposible de superar, servicentros públicos con productos por debajo del precio de costo.
Fue así que tanto el Senado, como Hacienda y el Ministerio de Industria y Comercio, vieron la necesidad de convocar al sector privado y buscar la posibilidad de incluirlos en el plan, sin conocer aun la forma de financiación, más allá de meras hipótesis de incrementos de impuestos, recortes de gastos y aportes intergubernamentales de Petropar.
Las negociaciones volvieron a quedar en stand by, pero con una premisa clara, cualquiera de los caminos, al margen del origen de los recursos, terminará siendo un subsidio de hasta tres meses para el rubro del combustible.
El senador Juan Darío Monges, presidente de la Comisión de Presupuesto, estima que serán necesarios unos 30 millones de dólares al mes para incluir a emblemas privados y públicos, lo cual conduciría nuevamente a los 90 millones de dólares, cercanos a los 100 iniciales planteados por el Tesoro.
Proponer el subsidio como fórmula de solución a los problemas de un sector, como ya sucede con el transporte público, sentará precedentes para que afectados de otros rubros también decidan cerrar las rutas y paralizar el país para obtener los mismos beneficios.
Es inevitable ver lo que sucede en la vecindad, pues apenas al cruzar la frontera, se ve cómo Argentina transita hace un largo periodo, el camino del subsidio como fórmula de solución, sin que su economía haya mostrados señales de recuperación, sino todo lo contrario.
Con el transporte público y ahora también el combustible como sectores subsidiados, ¿estará Paraguay rumbo a la argentinización de su economía? HOY DIGITAL